La charla TED menos vista
Esta semana algunos afortunados están disfrutando de la edición 2015 de TED en Vancouver. Todos los años por estas fechas, sale algún artículo de cierta crítica con TED, tanto con el formato como por el fondo de las charlas, y este año no ha podido ser menos con este artículo del New York Times.
Como miembro de la comunidad TEDx, agradezco la crítica en lo que me toca, y la incorporo para tenerla en cuenta en la organización de nuestro TEDxSantAntoni. Desde luego TED y TEDx tienen un espíritu crítico por definición, y es precisamente cuando ese espíritu flojea cuando el peligro de lo que habla el artículo puede ser más presente.
En todo caso, y algo que ni siquiera es debatible, es la enorme suerte que tenemos todos de poder acceder de forma gratuita a la enorme cantidad de información de calidad que genera TED a través de su página web. Así que cuando se empiecen a publicar los vídeos de esta edición, todos veremos (de forma gratuita) como algunas de las mentes más brillantes de este planeta, comparten con nosotros sus ideas, y no creo que nunca seamos plenamente conscientes de la suerte que tenemos.
Pero bueno, ese no es en realidad el motivo de este artículo. Como ya dije anteriormente, hablaré de oratoria en este blog, y en muchos casos utilizaré un vídeo TED para ilustrarlos. Y quiero inagurar una sección a la que llamaremos «aprender del PRO» en la que diseccionaremos alguna charla para intentar aprender algunas cosas.
Son muy habituales las listas de vídeos TED con los más populares y vistos. Aunque el número de reproducciones es obviamente algo en constante evolución, Ken Robinson sigue siendo el lider indiscutible desde hace mucho tiempo.
Pero lo que nunca he visto, es una lista con las charlas TED menos vistas, y en esa hipotética lista, el número 1 sería Keith Bellows con su charla en el TED 2002 titulada: «La joroba del camello». Esta charla tiene más de 150 mil reproducciones desde el 2008 cuando fue publicada.
¿Qué podemos decir de esta charla de Keith? ¿Es una especie de diamante aún por descubrir? ¿Es su charla sobre un tema poco interesante (al menos para mí) a priori tan buena que no podemos dejar de mirarla?
La respuesta es un rotundo y gran NO.
Se podría decir que la charla tiene más reproducciones de las que se merece, pero eso no quita que no deje de ser interesante para nosotros y esta sección de «aprende del PRO».
Como la charla es, digámolos sin tapujos, tan mala, vamos a poder sacar unas cuantas lecciones sobre lo que debemos hacer, o mejor, no hacer en nuestra próxima charla.
Empezando por el título, menudo desastre. Olvidando el hecho de que es un título casi genérico, que no genera ninguna expectación por la charla,y que a priorí, casi podría ser el título de una clase de biología, lo peor es que en realidad tampoco tienen ninguna relación con la charla. Se mencionan las jorobas de paso, y el concepto no tiene un peso importante en la charla.
Si luego empezamos a ver la charla, Keith utiliza alguno de los trucos básicos para generar atención al principio. Primero utiliza un poco de humor para romper el hielo y generar cierta tensión con un concepto digamos incómodo para un escenario así, y después pasa a contar a modo de introducción para la charla una experiencia personal con la que todos nos podemos identificar. Sin embargo, todo esto, que está muy bien, tiene un problema, que no tiene mucho que ver con su charla. De hecho en esa anécdota personal que cuenta, el protagonista de ella son las hienas… ¿Pero no nos habías venido a hablar de camellos?
La charla no mejora a partir de aquí, al contrario, se hunde irremediablemente. Primero hace algo ya difícilmente justificable en la época, pero que ahora es un pecado mortal, llenar la charla con un vídeo. En áquel mundo pre-youtube tenía todavía un pase. Ver un vídeo era algo relativamente especial, y le daba cierto nivel a una charla. Pero en la actualidad poner un vídeo es la forma más rápida de que tu audiencia pierda interés por tí.
Lo curioso, es que el vídeo es prácticamente una entrevista a otra persona, así que la pregunta es, ¿por qué no es esa persona la que está dando la charla? Además, parece un tío interesante con esa melena y ese gorro…
Y luego ya para rematar, Keith acaba la charla con un montaje de fotos, vídeos y textos (y que no falte Tina Turner claro) utilizando todos y cada uno de los efectos de animación y transición de Powerpoint (todavía no sé si en modo aleatorio).
Sí, una de esas presentaciones que todavía nos llegan al correo sobre lo bonito que es un pueblo, con la última compilación de chistes sobre casados, o sobre todo, esas terribles felicitaciones de Navidad en formato Powerpoint que hizo alguien que todavía está fascinado con las transiciones en fundido de las diapositivas.
Así que yo resumiría en dos lecciones principales esta charla TED de Keith Bellows. Primero, ante la próxima presentación que tengas que hacer en público, recuerda que hasta en TED hay verdaderos truños. El perfeccionista que tienes dentro tiene que aprender a convivir con un cierto nivel de imperfección. La charla perfecta no existe, y hasta charlas MUY imperfectas llegan a TED.
Y la segunda, si en algún momento esa charla que estás preparando se parece a esta de Keith, borrón y cuenta nueva por favor.
@resbla