¿El momento de las low tech startups?
El pasado viernes tuve la suerte de volver a participar en un #Yuzzday, una especie de fin de curso del programa Yuzz de Banco Santander. Yuzz es un programa al que tengo mucho cariño ya que llevo colaborando con el programa de una u otra manera desde prácticamente su arranque.
Este año participé con una pequeña charla sobre comunicación. Decidí hacer un «elevator pitch» del «elevator pitch», ya que creo que aunque estamos haciendo «elevator pitch» por encima de nuestras posibilidades, creo que es una herramienta fundamental, eso sí, utilizándolo para más de lo que ahora se suele utilizar, ya que en general hemos convertido una herramienta en un objetivo.
En todo caso, no quería hablar de eso, sino de algo en lo que llevaba tiempo pensando y de lo que el otro día he visto algún ejemplo, algo que voy a llamar «low tech startups».
Como bien se dijo el otro día en el #yuzzday, dos tercios de la economía están aún por digitalizar. Creo que estamos casi todos de acuerdo en que tendencias como IoT va a llevar internet (idea con la que jugaba en mi presentación en el e-Coned del año pasado) a mucho de ese mundo que todavía es analógico.
En realidad, creo que en la mayoría de los casos, no es un problema tecnológico, es un problema cultural, o si nos ponemos finos, de usabilidad. Si dejamos a un lado la gente que por vivir en países en desarrollo con poca infraestructura o acceso a esa tecnología, la gente que está al margen del mundo digital lo está porque simplemente no saca ningún beneficio de él, y eso es porque se están generando barreras de uso para los que ni siquiera son inmigrantes digitales.
Creo que las aplicaciones de este «low tech» son muy obvias en países en desarrollo. Hay multitud de ejemplos de startups en Africa haciendo verdaderas virguerias en Africa con tecnologías «obsoletas» en Occidente. Pero lo interesante, es que este tipo de startups están también apareciendo por aquí.
Por poner un ejemplo, siempre me he preguntado por qué no se utilizaban tecnologías antiguas para solucionar problemas modernos. La respuesta obvia es porque esas tecnologías no solucionaron esos problemas en su momento, pero la realidad cambia, y a veces una tecnología antigua es tan barata o hay tanta base instalada que puede convertirse en una solución viable.
Un ejemplo podrían ser los faxes, no tengo los datos a mano, pero me temo que la base instalada de faxes seguirá siendo enorme, y la mayoría de ellos están haciendo muy poco en la actualidad. Por lo que el coste de utilizarlos sería muy bajo para alguien que desarrollara alguna solución basada en ellos.
No conozco nadie haciendo nada con faxes (todavía), pero he empezado a encontrarme algunas startups que están mezclando tecnología antigua con métodos verdaderamente analógicos para solucionar problemas modernos en lo que podríamos llamar las fronteras del mundo digital.
Soluciones para gente que no saca ventajas de la tecnología porque no saben utilizarla y tampoco les interesa, pero que tampoco se pueden escapar de la nueva ola de digitalización que viene.
Creo que no está mal recordar que en los procesos de innovación se intenta evitar los tópicos de la industria propia para no llegar a las mismas respuestas, y que siempre se busca la lateralidad. De la misma forma, se podría pensar que recurrir siempre a la (última) tecnología como respuesta a los problemas a los que nos enfrentamos es exactamente eso, un tópico que no nos deja innovar de verdad.
Creo sinceramente que estas «low tech startups» jugarán un papel muy importante en esos dos tercios de la economía que no está aún digitalizado. Estaremos atentos para ver si esto es realmente una nueva tendencia dentro de los emprendedores tecnológicos.
@resbla
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