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Regulación o autoregulación, ¿quién llegará antes al coche autónomo?

Obama está en ese período de su mandato típico para presidentes en EEUU que ya acaban su ciclo, el de intentar dejar un legado por el que ser recordados. Lo ha hecho en temas medioambientales, está por ver si lo conseguirá en política internacional, y ahora ha fijado su mira en los coches autónomos.

De eso va el #techno-bits de esta semana, nuestra cita semanal con Capital Radio y Luis Vicente Muñoz.

Sin duda el tema de los coches autónomos es un tema muy de moda. Es una de las tecnologías más cercanas al usuario medio y que tiene el potencial de disrumpir muchos sectores que gravitan alrededor de los vehículos de motor. Sin embargo, hay algo mucho más importante, al menos a medio plazo, que es el liderazgo en la industria de fabricación de coches.

Está claro que es muy debatible como es el futuro de la fabricación de coches dependiendo del escenario. ¿Seguiremos en un futuro en el que el coche será una posesión de uso familiar? ¿Acabaremos en uno en el que las opciones de compartir coche o de pago por uso triunfarán? Pero en todo caso, esos coches habrá que fabricarlos, y es una industria que emplea a cientos de miles de personas en países como España, ni qué decir tiene en el caso de EEUU.

Así que no tiene nada de moda el que Obama se haya fijado en esta tecnología emergente y haya declarado que quiere dejar todo preparado para que EEUU sea líder indiscutible en este campo. Y para ello, una de las cosas que ha hecho es aclarar y simplificar la regulación que deben cubrir los fabricantes de coches autónomos para operar en las carreteras de EEUU.

Hasta ahora, cada estado tenía regulaciones propias, y esto hacía complicadas las pruebas e incluso la implementación comercial de algunos vehículos. Estados como California, no olvidemos que hogar de algunas de las empresas punteras en este mundo, habían sido los primeros en facilitar al máximo que este tipo de coches circularan por sus calles. No olvidemos que los coches eléctricos y los autónomos, aún no siendo lo mismo, van muy de la mano.

El equivalente de la DGT en EEUU, el US Department of Transportation, ha publicado este documento (de muy interesante lectura) en el que publica unas recomendaciones y pide a los diferentes fabricantes que compartan con ellos de forma voluntaria un documento de forma regular en la que se autoevaluen en 15 puntos. Estos puntos son:

  • Cómo se capturan y comparten los datos
  • Privacidad
  • Seguridad del sistema
  • Ciberseguridad del vehículo
  • Interfaz hombre-máquina
  • Resistencia ante impactos
  • Educación y formación al consumidor
  • Certificaciones y licencias
  • Comportamiento post-accidente
  • Cumplimiento de las leyes federales, estatales y locales
  • Consideraciones éticas
  • Ambito de diseño operacional
  • Sistema de detección de eventos y objetos y respuesta ante ellos
  • Sistema de control ante fallo masivo
  • Métodos de validación

Así que resumiendo. En EEUU se considera responsable al fabricante de cumplir las normas mínimas de circulación, y luego se les pide que informen de forma voluntaria sobre sus coches en relación a estos puntos. A parte de eso, cualquiera puede poner un coche autónomo en la calle.

Veamos como están las cosas al otro lado del charco, no nos olvidemos, una de las potencias en fabricación de coches. Para empezar, la gran mayoría de países del mundo, y la mayoría de los europeos firmaron la Convención de Viena en 1968, que establece que «Todo vehículo en movimiento o todo conjunto de vehículos en movimiento deberá tener un conductor”. Así que los firmantes de momento tienen un problema bastante grande.

Por supuesto, EEUU (ni Reino Unido) firmaron la Convención, pero curiosamente España tampoco. Así que los países que están fuera de la Convención están peleando por tener una normativa amigable con los coches autónomos.

Y la DGT ha publicado una normativa sobre como hacer ensayos con coches autónomos en las carreteras españolas. Que podéis leer en su totalidad aquí.

Resumiendo, estamos hablando de ensayos que tienen que ser previamente aprobados. El vehículo tiene que ser validado primero, se da el permiso a conductores que tienen que estar nominados e identificados a priori, los ensayos se permiten en determinadas y limitadas carreteras, y el permiso es por dos años.

No cabe duda de que con esta normativa nos ponemos en un grupo delantero de países en los que es más fácil probar coches autónomos. Pero comparándolo con EEUU a simple vista la situación parece mucho más restrictiva, y al final es un poco el reflejo de dos filosofías muy diferentes de afrontar las cosas.

Uno en el que si lo rompes, lo vas a pagar, y mucho (podemos ver lo que ha pasado con Tesla ante su primer accidente mortal), y otro en el que vamos a decirte como tienes que hacerlo para no romper nada.

Supongo que cada uno tendremos una opinión diferente sobre qué sistema permite y facilita la innovación en campos que son completamente nuevos y desconocidos.

En todo caso, yo tengo claro qué país liderará este nuevo mercado de coches autónomos. Veremos si también en fabricación, pero no me cabe ninguna duda en cuanto a la tecnología.

@resbla

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