Fijación por Objetivo, Henry Ford y General Motors
Muy malas noticias en el bando de los fabricantes tradicionales de automóviles. Las noticias que viene de Renault y General Motors además caen ya sobre mojado después del culebrón de VW que aún sigue coleando.
Curiosamente, uno de los padres de la industria, Henry Ford, podría darnos pistas sobre el mar de fondo que explica todo esto. Y de eso hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:
Del tema de Volkswagen ya hemos hablado bastante en este blog, pero hasta ellos mismos auguran que el 2019 será el peor año en cuanto a las consecuencias legales del escándalo, y eso que ya llevan unas cuantas.
Del grupo Renault-Nissan y su CEO (ahora ex) Carlos Ghosn, más allá de los potenciales delitos, parece que también se han roto las hostilidades por un conflicto político latente.
Y sobre General Motors sabemos ya de sus planes para cerrar cinco factorías y despedir a 14000 empleados.
Y todo esto, aunque ocurre en empresas muy diferentes por razones también muy diferentes, es imposible no pensar que está todo en realidad conectado por un mar de fondo que traerá la disrupción al sector. Y viendo la velocidad y la profundidad a la que están ocurriendo las cosas, no es disparatado pensar que la disrupción está cerca y será rápida.
Las disrupciones nunca son por un único motivo. Y esta tampoco lo será, sin embargo parece que estamos más que nunca en un mundo complejo pero que demanda respuestas sencillas y hay muchos analistas dispuestos a darlas.
Pero centrándonos en el tema de GM, Trump está utilizándolo para reforzar sus argumentos para incrementar los aranceles a la importación de coches europeos a EEUU. Es decir, la culpa de que GM cierre fábricas es por la competencia desleal de los fabricantes europeos.
Pero por otro lado, los más tecnófilos, ven en los problemas de GM la muestra definitiva de que los fabricantes tradicionales son dinosaurios a punto de desaparecer y que los mamíferos del nuevo mundo serán nuevos fabricantes de coches eléctricos e inteligentes. Otra vez una explicación sencilla ya que olvidan que GM, con su Bolt a la cabeza, es uno de los mayores fabricantes de coches eléctricos en la actualidad.
Y a todo esto, ¿qué dice la propia GM? Pues básicamente que es un problema de demanda. Respuesta por defecto ante estos problemas. El fabricante cita una bajada de la demanda en sus modelos de utilitarios, precisamente los de menor consumo de gasolina, mientras que el mercado está creciendo en los SUVs y pickups, los de mayor consumo.
Y en realidad, aunque siempre hay que tomar con cierto escepticismo estas justificaciones, sí que es verdad que el mercado americano de automóviles está siguiendo esa tendencia. Los compradores de automóviles están volviendo a dejar de lado los coches pequeños y comprando pickups gigantescos como si no hubiera un mañana.
Cuando eres un fabricante de automóviles, te dedicas a fabricar automóviles. Esta perogrullada en realidad tiene muchas implicaciones, y es que si fabricas coches, tu esfuerzo se centrará en fabricar mejores coches no soluciones alternativas de movilidad urbana.
Esto se llama fijación por objetivo y Tony McCaffrey lo describió en el artículo en HBR en el que presentó su Enjambre de Ideas (aquí también hemos hablado de ello). Este tipo de sesgo (que no es más que un tipo de fijación funcional) nos limita las soluciones que buscamos para un reto determinado.
Curiosamente, uno de los padres de la industria del automóvil, Henry Ford, lo describió perfectamente en su famosa cita (aunque no está tan claro que en realidad lo dijera): Si hubiera preguntado a la gente que querían, me hubieran contestado que caballos más rápidos.
Así que los fabricantes de automóviles están lanzados a desarrollar caballos más rápidos, y en este caso, al menos en EEUU de momento, son coches más grandes y más potentes. Así que como fabricante de automóviles, GM está haciendo lo que se le supone, fabricar los coches que quiere la gente.
No es sorprendente encontrar aún en webs corporativas «antiguas» lo que decía la misión de General Motors (actualizada recientemente para hablar de «transporte»), «somos una empresa dedicada a producir y comercializar vehículos». Por lo tanto, parafraseando a Ford, si le preguntamos a una empresa de automóviles que van a hacer, nos responderán sin duda que mejores automóviles.
Pero parece cada vez más claro que la gente no parece que quiera más coches. Sólo hay que ver cómo la gente (principalmente la más joven) se mueve ya por el centro de las ciudades. Y tampoco parece casual que empresas que se autodenominan de «movilidad urbana», estén preparando servicios no basados en automóviles.
Uber, que ya compró la empresa de bicicletas compartidas Jump, se rumorea que podría comprar Bird o Lime, dos de los líderes mundiales en el mercado de patinetes eléctricos compartidos. Hay que recordar que Bird ha sido el unicornio más rápido de la historia, así que si siguen adelante, no será barato. Tampoco hay que olvidar Uber ya tiene una participación minoritaria en Lime
Y su gran competidora, Lyft, acaba de convertirse en el mayor operador en EEUU de servicios de bicicletas compartidas al completar la compra de Motivate. Esto además se suma al lanzamiento hace unos meses de su propio servicio de patinetes eléctricos compartidos.
Por lo tanto, que estas empresas que vienen desde ese concepto de movilidad urbana sean «agnósticas» en cuanto al medio de transporte a utilizar para llevar a cabo su misión, no deja de ser algo lógico y normal.
Así que cuando la ola de la disrupción pase por encima de los fabricantes tradicionales de automóviles, no le echen la culpa a la demanda, a la tecnología o a los políticos, echensela a la fijación por objetivo.
@resbla