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Llegan los monos superinteligentes, y son chinos

Los monos modificados genéticamente para ser más inteligentes han sido estrellas en muchas películas de ciencia ficción, y nunca para bien. Los supermonos nacían de unos experimentos bienintencionados, pero finalmente siempre algo iba mal y acababan sometiendo a sus creadores.

Que sepamos, aún no ha empezado el alzamiento de los supermonos, pero el resto es totalmente cierto. De esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

La semana pasada se publicaba un estudio liderado por científicos chinos (aunque con la participación de uno americano) en el que se anunciaban los resultados de un experimento en el que se había añadido un gen humano al genoma de unos monos para estudiar el impacto en su inteligencia.

El gen en cuestión, el MCPH1, es uno de los responsables del desarrollo del cerebro en los seres humanos, y el objetivo del experimento era entender mejor la evolución de la inteligencia humana.

Ni que decir tiene que se ha generado una enorme polémica. A pesar de que el autor principal se ha defendido argumentando que han cumplido de forma estricta las leyes y las normas éticas de sus centros de estudio, la realidad es que algo así es difícil que ocurra en otro país que no sea China.

Y precisamente, aunque no se diga en alto, una de las cosas que preocupa de todo esto es el liderazgo indiscutible de China en CRISPR, un método de edición genética con muchísimo potencial para la biomedicina.

Mientras en el resto del mundo hay muchas limitaciones en cuanto al tipo de experimentos que se pueden hacer con CRISPR (incluso más después de que se publicara que podría causar cáncer), en China las cosas son diferentes.

Antes de este último anuncio, y utilizando CRISPR, China ya ha probado terapias génicas de decenas de pacientes de cáncer, editaron el genoma de unas bebés para hacerlas inmunes al SIDA, y hasta consiguieron ovejas de colores.

Creo que no es ponerse apocalíptico el pensar que CRISPR, y en general la ingeniería genética, tiene un potencial tremendo para hacer cosas positivas, pero tiene también muchos riesgos. Riesgos potencialmente catastróficos.

Y no es la primera vez que la humanidad se enfrenta a una tecnología de potencialmente catastrófica. De hecho, mucha gente considera que estamos ante algo parecido a lo que fue la energía nuclear, y por eso piden una especie de Tratado de No Proliferación de Armas Atómicas. Nature hace un mes pedía una moratoria que permitiera trabajar en un «marco de trabajo» a nivel internacional.

Sin embargo, parece complicado que en este caso se vaya a poder llegar a un NPT que incluya a China.

Primero, porque la moral china sobre este tema es muy diferente a la que tenemos en occidente. No quiero estropearos la próxima comida poniendo vídeos de algunas de las tradiciones chinas de comerse animales vivos, o recordaros cómo comen animales que para nosotros son mascotas, o aún peor (desde nuestro punto de vista claro), lo que en China se considera aceptable en cuanto al trasplante de órganos humanos.

No es sorprendente que ellos consideren aceptable este último experimento cuando en el resto del mundo la gente se lleva las manos a la cabeza. Conviene también recordar que en el mundo occidental tampoco tenemos una visión homogénea sobre lo que es aceptable o no en cuanto a la investigación genética.

The legal restrictions on editing the genes of human embryos around the world

Segundo, China es claramente líder en CRISPR, y no lo es por casualidad. Dentro del Plan Made in China 2025 por el que el gobierno chino eligió 10 campos en los que convertirse en líderes globales. CRISPR es clave en esa estrategia, y no creo que quieran aceptar limitaciones en ese desarrollo.

Y tercera, los potenciales beneficios económicos de estas técnicas son directamente proporcionales a los beneficios para la salud que puedan tener, y todo el mundo opina que serán enormes. Este es el tipo de tecnología que tiene el potencial de generar hubs tecnológicos del tipo Silicon Valley, hubs que generan mucha riqueza y hacen perdurar el liderazgo del país que lo tiene.

De hecho, el que haya un científico americano en la lista de autores (aunque él ha dicho que pidió que le sacaran) se explica porque China se ha convertido en el mejor destino internacional para el «turismo investigador«. El coste de investigar con primates es una fracción de lo que cuesta en Occidente, y muchos investigadores están realizando parte de sus trabajos en China. Esto está generando a su vez una importante industria para alojar estos experimentos.

Parece cada vez más claro que el próximo Valley, será un «Genetic Valley» y que estará en China. Parece imposible que el líder acepte limitaciones de los segundones, y menos cuando se hace con un punto de vista muy occidental.

Sin embargo, no significa que el único camino sea la rendición. Muy al contrario, necesitamos un acuerdo internacional que fije un marco de seguridad y ética que permita que podamos beneficiarnos del potencial positivo de estas tecnologías sin permitir aberraciones ni experimentos peligrosos para la humanidad. Exigirá mucha negociación, empatía y compromiso. Justo de lo que más abunda ahora en el mundo (ironía off).

@resbla

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