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Romper facebook no es suficiente, hay que romper los datos

Cada vez son más las voces que hablan de la necesidad de romper facebook. La serie de escándalos de que la compañía ha protagonizado estos meses ha ido sumando más gente a la causa, pero quizá, que todos esos escándalos no hayan tenido ningún impacto en sus resultados financeros sea lo que más asuste.

Que lo pidan políticos a punto de empezar una campaña electoral es hasta cierto punto normal. Que lo pidan competidores, también. Pero que lo haga uno de tus cofundadores, una de las personas que empezó facebook contigo y con el que trabajaste muchos años, tiene que ser complicado. Pues esto es con lo que desayunó Zuckerberg el pasado jueves, una tribuna de opinión de Chris Hughes en el New York Times.

De esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

Creo que no hace falta hablar mucho sobre todos los enormes escándalos que han tenido a facebook como protagonista. Los hemos seguido aquí bastante de cerca, y también cómo no les ha pasado factura. De hecho, los últimos resultados financieros han sido aún más positivos.

Curiosamente, los resultados de Google se van cada vez deteriorando más, precisamente en dónde compiten con facebook, en la publicidad. Esto es importante, volveremos luego sobre ello.

Pero volviendo a los resultados de facebook, la compañía desveló que reservaba 3000 millones de dólares en previsión de una multa de la FTC americana que estima será entre 3000 y 5000 millones de dólares. La multa, que sería por sus continuos problemas con la seguridad de los datos de sus usuarios, no representa más del 6% de su circulante. Así que cómo castigo, se va a quedar muy pequeño.

De hecho, esto da la sensación de que facebook lo considera un gasto operativo más. Si algo debería asustar a reguladores del mundo, es precisamente esto.

Chris Hughes pasa una parte de su columna explicando por qué facebook es un monopolio. En realidad, creo que poca gente puede dudar ya de ello. Ni tampoco de las prácticas abusivas que la compañía ha ido siguiendo, entre otras, la compra sin ningún escrúpulo de competidores.

Y lo ha hecho impunemente principalmente por un motivo, las regulaciones antimonopolio en todo el mundo están pensadas para proteger a los usuarios de posiciones abusivas que suban el precio de los productos y servicios que consumen. Pero en este caso, siendo un servicio gratuito, ¿cómo se puede argumentar el daño al usuario? Difícil, muy difícil.

Así que facebook compró potenciales competidores delante de todo el mundo, Whatsapp e Instagram por ejemplo. Además copió funcionalidades de competidores sin ningún sonrojo, de SnapChat por ejemplo. Y jugó muy sucio contra el contenido de sus competidores en su plataforma.

Pero todo esto sin que el «precio» subiera para sus usuarios, así que nadie les ha «podido meter mano». De hecho, la multa de la FTC (igual que en la Unión Europea) será (si es) por temas de privacidad. Algo así cómo detener a Al Capone por problemas fiscales y no por asesinatos.

Sin embargo, el artículo de Chris Hughes es el reflejo de un sentimiento creciente que va a desembocar en las elecciones americanas del 2020. Por un lado, los demócratas, están cada vez hablando más de la necesidad de limitar el poder de este tipo de compañías. Lo hacen principalmente desde un punto de vista de problemas con las libertades civiles y la libertad de expresión. Sobre todo, alrededor del impacto que generan las fake news que circulan por estas plataformas sin ningún control.

No hay que olvidar que estas fake news generan tráfico, a veces mucho, así que hay un cierto incentivo perverso para las plataformas que no es sorprendente que hayan arrastrado los pies en este tema.

Pero en el otro lado, los republicanos con Trump a la cabeza, nunca han sido muy amigos de estas empresas de la progresista California que siempre se han mostrado abiertamente anti-Trump.

Así que creo que cada vez es más inevitable que en EEUU las cosas se le pongan difíciles a facebook, y cada vez es menos improbable un escenario en el que se rompa facebook, algo impensable hace pocos años.

Sin embargo, romper facebook no será suficiente. Si cómo propone Hughes, se separara Instagram y WhatsApp de facebook, nada impediría a facebook replicar esos servicios y acabar en el mismo sitio. Cuando facebook compró Instagram y Whatsapp lo compró por sus usuarios (ambas empresas tenían una estructura minúscula con poquísimos ingresos). Ahora, con 2300 millones de usuarios, conseguirían lo mismo en un chasquido de dedos.

Resultado de imagen de facebook users evolution 2018

Porque no tenemos que olvidar que si la compra fue por los usuarios, mantener Instagram y Whatsapp ahora aporta una profundidad de datos sobre cada usuario enorme, lo cual ayuda a facebook a vender una publicidad mucho más personalizada, por lo tanto eficaz, y por lo tanto más rentable.

Estamos lejos de la Era Industrial dónde las economías de escala venían por los recursos de las empresas. En esta Era Digital, lo primero fue la cantidad de usuarios, pero lo que de verdad manda ahora es la profundidad de los datos de cada usuario, su calidad.

Cuando el gobierno americano decidió romper AT&T en las Baby Bells limitó las operaciones de estos retoños a nivel regional. Puesto que las telecomunicaciones tiene mucho de monopolio natural en el que las economías de escala son enormes, se limitó de forma regulatoria esta capacidad de crecimiento.

En el caso hipotético de una ruptura de facebook, esto no se podría hacer. Sin embargo, algo parecido sería si pudiéramos «romper los datos». De la misma manera que en los mercados eléctricos (también por ser potenciales monopolios naturales) se separa el transporte de la comercialización, algo así deberíamos hacer con el mercado de los datos.

Mi humilde propuesta se articularía definiendo tipos de datos que pueden o no cruzarse, tipos de datos que pueden o no ser asignados a una persona, o tipos de datos que son de «consumo» instantáneo y que no se incorporan a los datos centrales.

Volviendo a Google, parece que está viendo la barbas del vecino… y está haciendo de la necesidad virtud.

En su última convención de desarrolladores, Google sacó pecho en cuanto a su cuidado con la privacidad de sus usuarios. Recordó que habían dejado de utilizar la información de los correos electrónicos en Gmail para generar anuncios personalizados.

Que van a ser extremadamente cuidadosos con quién y para qué accede a la API de Gmail, con especial cuidado para que nadie lo utilice para extraer datos personales. Y además, que guardarán datos durante menos tiempo.

Pero además, y para mi satisfacción personal, hablaron de que en que en algunos productos de su marca Nest, van a procesar cosas como el reconocimiento facial en el propio dispositivo, sin mandar datos a la nube.

Y me hace especial ilusión porque es algo sobre lo que he dado mucho la turra a algunas personas (sabéis quiénes sois, un abrazo :)). Personalmente creo que parte de la solución de la privacidad digital pasa porque muchos procesos relacionados con el tratamiento de nuestros datos ocurran en local, en el dispositivo que tenemos delante, y ocurran sin ser compartidos con la «nube».

Esto hasta hace poco era complicado desde un punto de vista tecnológico y nada recomendable desde un punto de vista de negocios. Me imagino la cara de algún inversor ante un pitch de un producto así.

Pero por un lado, esto que se ha llamado Edge Computing, nos acerca a que dispositivos que han sido tradicionalmente «tontos», sean cada vez lo suficientemente inteligentes cómo para ser «entrenados» por la nube y ser capaces de procesar datos complejos en local.

Y desde el punto de vista de negocio, cómo bien reconoce Google, los usuarios cada vez estamos menos dispuestos a cambiar comodidad por privacidad, y vamos a querer la comodidad pero con seguridad.

No es suficiente con romper facebook, hay que romper los datos.

@resbla

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