La OPV de WeWork y el fin de la Era Dorada de los Decacornios
Hay días malos, y días en los que pierdes 27000 millones de dólares. La semana pasada, el Wall Street Journal contaba que WeWork estaba manejando unos 20000 millones de dólares de valoración para su inminente OPV.
Esto está muy lejos de la última valoración de la compañía que fue de 47000 millones de dólares y en la que el temible Vision Fund de SoftBank volvió a invertir para sobrepasar los 10000 millones de dólares invertidos en la compañía. Suponemos que no ha sido una buena semana para Masayoshi Son, CEO de Softbank.
De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:
Hace casi un año hablábamos de los rumores de inversión de Softbank en WeWork. Aunque no se cumplió todo, Softbank acabó acumulando más de 10000 millones de dólares en inversión en la compañía, y los últimos 1000, lo hizo a una valoración de 47000 millones.
El 14 de Agosto, la SEC publicaba la documentación que WeWork había presentado para preparar su salida a bolsa. Las reacciones fueron de la sorpresa al completo alucine ante las interioridades de WeWork.
La verdad es que las superesperadísimas, e inicialmente existosas, OPVs de los decacornios tecnológicos van camino de ser un drama, y eso no ayuda a WeWork.



Pero ese ajuste tan salvaje de la valoración no se explica sólo por la situación del mercado. Muy al contrario, si ya WeWork levantaba mucho escepticismo cuando muchas de sus operaciones eran secretas, ahora que han tenido que compartir sus interioridades casi hemos llegado al escándalo.
Una de las cosas más sorprendentes que se sabía, y que ya levantaba muchas banderas rojas sobre la gestión de la compañía, y más concretamente, sobre el estilo de su CEO Adam Neumann y su (no) gestión de potenciales conflictos de interés, es que una parte de los inmuebles en los que WeWork opera son propiedad de Neumann, el cual los alquila a WeWork (y no parece que a precio de «amigos»).
Además, Neumann ha tomado prestado dinero en condiciones muy ventajosas de la compañía varias veces, incluso para ayudarle a comprar más acciones de la compañía, y ha empleado a familiares y amigos con generosos sueldos y cargos poco claros.
Pero con la publicación de la documentación presentada ante la SEC americana, los detalles de la gestión de WeWork asustan al más pintado.
Para empezar, hemos visto ya números concretos sobre sus finanzas. Aunque sus ventas están creciendo rápido (esperan doblarlas este año), esto no está ayudando a mejorar sus resultados. Si el año pasado la compañía perdió casi 2000 millones de dólares, este año parece que lo superará ampliamente. Según Financial Times, la compañía pierde 220000$ por hora.
Pero volviendo a su CEO, y su curiosa manera de gestionar los posibles conflictos de interés, también supimos en la documentación de la SEC que WeWork había pagado casi 6 millones de dólares a Neumann cuando en su cambio de nombre (oficialmente se llama ahora The We Company) tuvieron que comprar la marca del propio Neumann. Ante el revuelo, ha devuelto el dinero.
Pero es que además, Neumann tiene una línea de crédito de 500 millones de dólares con los mismos bancos con los que está lanzando la OPV. Y todo esto, sin ser un empleado de WeWork. Ahora también sabemos que The We Company no tiene un contrato laboral con su CEO, lo cual no da mucha seguridad en cuanto a la continuidad en la gestión de la compañía.
Ante este escenario se manejan dos alternativas. Una, no salir a bolsa. Se podría barajar que SoftBank hiciera un préstamo a WeWork para que tuviera gasolina hasta que la situación fuera más favorable para la salida a bolsa.
La otra, seguir adelante. Ahora que todo el mundo sabe que 47000 millones era una locura de valoración, colocarlo en una más «razonable» de 20000, podría intentar hacer ver al mercado que es una «ganga».
Pero es que no hay que olvidar, que aunque 47000 millones habría sido el premio gordo para SoftBank, la mayor parte de la inversión de SoftBank en WeWork se ha hecho a una valoración muy inferior a 20000 millones, así que aunque menos, la inversión de SoftBank en WeWork aún será muy beneficiosa.
Hay otros dos grandes problemas con WeWork, el primero es que intentan conseguir una valoración de empresa tecnológica de crecimiento explosivo cuando es difícil argumentar que no son «más» que una empresa inmobiliaria.
El segundo, y común a muchas startups, es la estructura de acciones que los fundadores han construido para mantener el control a toda costa y estar blindados frente a los inversores.
Es un poco paradójico que las startups a las que se les suele llenar la boca con sus valores positivos y regeneradores alejados de los de las codiciosas y viejas corporaciones, rehuyen la transparencia y el reparto de poder con sus inversores. Consejos vendo…
De una cosa estoy seguro, esta locura de OPVs de decacornios que hemos vivido este 2019 se ha acabado.
@resbla