Adiós al efectivo
¿Saben ese refrán que dice que «entre todos la mataron y ella sola se murió«? Pues quizá podamos decir esto dentro del poco sobre el efectivo, y es que parece que la crisis del COVID19 también se lo va a llevar por delante.
De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:
No se le escapa a casi nadie que el efectivo está en el punto de mira de muchos gobiernos. En un mundo sin efectivo y en el que sólo se puede pagar con dinero digital, prácticamente no existiría el fraude fiscal. El rastro digital del dinero es imborrable, y esto haría muy fácil a las haciendas del mundo perseguirlo.
Hay países que están muy cerca de conseguirlo por diferentes motivos. En un lado están países como Suecia, dónde el país ha evolucionado de forma natural a ser casi ya totalmente digital y esperan serlo totalmente en el 2023.
Otro país que prácticamente también lo es, aunque por otros motivos, es China. Donde en las grandes ciudades es difícil vivir sin medios de pagos digitales (lo cual a veces es un problema para extranjeros), y dónde incluso los vagabundos piden limosna con métodos de pago móviles.
Pero incluso en los países dónde aún el efectivo se utiliza mucho, ya se ha empezado a tener el debate sobre su desaparición. Aquí en España, el Gobierno llevó al Congreso una propuesta para ir limitando su circulación hace poco más de un mes.
La propuesta fue retirada rápidamente, principalmente después del aviso del BCE. Pero sin duda generó debate y se habló sobre sus ventajas e inconvenientes.
Una potencial ventaja, es que en este momento de distanciamento social, queremos tocar pocas cosas. A pesar de que este debate ya apareció en plena crisis del COVID19, este sólo aparecía como casi una nota a pie de página entre los beneficios de eliminar el efectivo. No hay datos concluyentes, y aunque la OMS ha sugerido que el virus podría expandirse a través del dinero, la realidad es que no está claro el papel del efectivo en esta pandemia.
Pero quizá sea yo, pero las pocas veces que he tenido que pagar con efectivo en las últimas semanas, no he podido evitar coger las monedas o los billetes con cierto repelús. Y viendo a la gente con máscaras, viseras, y cargados de gel hidroalcohólico, dudo que sea el único. Los pagos con medios sin contacto se han disparado hasta en Vietnam.
Sin embargo, lo que no creo que nadie esperaba, es que no pudiéramos pagar en efectivo por no tener efectivo. El otro día leía esta noticia en la que se hablaba de una severa escasez de monedas en EEUU. Y salvando las distancias entre Tennessee y Las Rozas, la realidad es que yo llevaba ya varios días asaltando las huchas de los niños para poder tener monedas con las que ir a comprar el pan.
Pero la situación en EEUU, no ha dejado de empeorar, y algunos bancos están haciendo programas de «compra de monedas» pagando un 5% más de su valor. Hay varios motivos para esta situación, pero el principal es que con el cierre de comercios y restauración, los puntos de retorno de efectivo al sistema están cerrados.
En realidad, el efectivo (metálico), en términos generales, ya solo se utiliza en pequeñas transacciones. Y es precisamente en estas microtransacciones donde medios de pago, banca y fintechs están dando el último empujón que podría acabar definitivamente con la necesidad de efectivo para una gran parte de la población.
Así podemos ver por ejemplo como Visa está acelerando el despliegue de sus medios de pago sin contacto en sistemas de transporte público de todo el mundo, o aquí mismo vemos como finalmente, ING, uno de los pocos bancos que estaban fuera de Bizum, finalmente se unirá a este sistema de micropagos.
A este ritmo, no va a hacer falta que nadie elimine el efectivo, desaparecerá por sí mismo. Eso sí, habrá que tener especialmente cuidado con la parte de la población que no pueda hacer la transición tan rápidamente, pero para los demás, el efectivo será parte de los recuerdos predigitales.
@resbla