AirBnb, los ganadores del COVID
Estamos en tiempos de utilizar y abusar de palabras como resiliencia, agilidad, pivotar, pero una cosa es decirlo, y otra es hacerlo. AirBnb lleva muchos años siendo ejemplo de una empresa que disrumpe una industria utilizando un modelo de negocio de plataforma, pero a partir de ahora será un ejemplo de como reinventarse en una crisis que era una tormenta perfecta para su modelo de negocio y conseguir salir de ella.
De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:
Tengo que hacer una aclaración antes de empezar. No he utilizado airbnb nunca. Ni como inquilino, ni como arrendador. Y aclaro esto porque airbnb se ha ido convirtiendo en un tema que genera opiniones muy extremas.
Si cuando nació, era el summum de la modernez. El tema fue mutando hasta convertirse en la bicha culpable de todos los males que asolan las grandes ciudades. Turismo low-cost, precios de alquiler altísimos y masificación.
Parece que nadie se acordaba de que el alquiler vacacional no lo inventó airbnb, o de que mientras se incentivaba que los aeropuertos recibieran más viajeros y se subvencionaba a las compañías de bajo coste para que volaran a aeropuertos secundarios se limitaban las plazas hoteleras en las ciudades receptoras de turistas. Por no hablar de que muchos de los que se iban de fin de semana en una low-cost a Londres o París y se alojaban en airbnb, luego volvían a su ciudad y se manifestaban contra la gentrificación.
El fenómeno de la gentrificación (término que me gusta poco por otro lado), es tan complejo, y se utiliza para definir procesos tan diferentes, que no tiene una explicación sencilla. Sin embargo, muchos han elegido la explicación sencilla de que la culpa de todo la tiene airbnb.
Y sin duda que tiene parte de responsabilidad. Airbnb ha sido una de las empresas que ha utilizado eso que se ha llamado legal hacking para explotar las zonas grises en las normativas de las ciudades y países para operar. Además, ha utilizado el lobby de una forma muy importante a ambos lados del Atlántico.
En todo caso, el que airbnb se convirtiera en la madre de todos los procesos de gentrificación de las grandes ciudades del mundo se convirtió en su primer gran obstáculo ya que hizo que muchas ciudades establecieran normativas muy estrictas para el alquiler vacacional.
En todo caso, contrario a lo que mucha gente pueda pensar, en realidad estos cambios normativos lo único que hacen es fijar la posición de los líderes iniciales en este negocio. Para Airbnb, todas estas normas no son más que barreras de entrada para futuros competidores. Así que aunque por un lado les limita el potencial negocio en cada ciudad, las trabas administrativas son costes más altos de operación, asumibles y muy familiares para AirBnb, pero complejos e inasequibles de arranque para otros. Así que en ese escenario, las cosas no iban mal para airbnb y los rumores de una OPV se dispararon.
Pero llegó el COVID, y el turismo simplemente se evaporó. De hecho, en los primeros meses de la primera ola, las cancelaciones llegaron hasta el 96% en línea con el resto de la industria del turismo. Esto obligó a airbnb a hacer unos ajustes de gastos drásticos, incluyendo una reducción de plantilla del 25%.
Y aquí empiezan algunas diferencias fundamentales en cómo airbnb ha afrontado esta crisis. Si en casos similares, las empresas suelen poner algún programa de recolocación para los empleados afectados y sus CEOs suelen compartir mensajes de apoyo, airbnb fue un paso más allá.
Brian Chesky puso este tweet en el que ofrecía su correo electrónico para recibir ofertas para sus exempleados además de compartir la carta en la que explicaba la situación. Sin duda, un gesto, pero un gesto muy potente.
We have great people leaving Airbnb, and I think other companies will love them as much as I do. If you are hiring, reach out to me at brian.chesky@airbnb.com and our team will connect you. https://t.co/lXrza2Ssg8
— Brian Chesky (@bchesky) May 6, 2020
En la carta, también se daban detalles muy interesantes sobre como se había desarrollado el proceso, además de los beneficios que recibirían las personas afectadas, algunos tan curiosos, como que podrían quedarse el portátil con el que habían estado trabajando. Un ejemplo de transparencia y de compasión que seguro que valoraron los afectados, pero sobre todo, los que seguían siendo empleados de airbnb.
AirBnb también creó una página web para dar visibilidad a los exempleados en su búsqueda de nuevas oportunidades, algo que sin duda es algo pocas veces visto antes, y además reconvirtieron parte del equipo de reclutamiento de la compañía a un equipo de soporte a los excompañeros a tiempo completo.
Pero sólo esto no sería suficiente para salir más fuertes de una crisis así. Sin embargo, AirBnb anticipó dos oportunidades que el COVID iba a generar durante la pandemia, pero que probablemente perduren en el tiempo.
Con medio mundo cerrado, las largas vacaciones internacionales no son opción. Pero las escapadas de pocos días cercanas a entornos rurales iban a ser muy demandadas. Y no se equivocaron.
La otra tendencia que identificaron es que los viajeros por trabajo preferirían evitar las aglomeraciones en los hoteles y preferirían alojamientos individuales cercanos al objetivo de su visita. Para eso reforzaron su oferta de «for work» e intentaron que los alojamientos se adaptaran a servicios demandados por este tipo de viajeros.
Todo esto (y más cosas) lo hicieron manteniendo eso que se dice mucho en presentaciones de consultores, manteniendo una actitud de startup. Haciendo experimentos cortos y baratos, aprendiendo de ellos, implementando cambios e iterando.
El resultado es algo que parece increíble en esta situación de COVID, han vuelto a niveles similares de negocio al que tenían antes de que todo esto empezara. Y todo ello, después de unos meses terribles. Su trimestre que acaba en Septiembre está en línea de lo que fue en 2018 y vuelve a dar beneficios parecidos a los que dio el año pasado.
Estos son los números que han presentado en su solicitud de salida a bolsa que ocurrirá en las próximas semanas. Se espera que en esa salida alcance unos 30000 millones de dólares de valoración, la cual sería muy cercana a la máxima que llegó a tener y daría una buena alegría a sus inversores.
Y aunque todo parecen buenas noticias, la realidad es que la compañía cita unos importantes riesgos que pueden impedir que sea rentable a medio plazo. Más allá de los obvios en cuanto a competencia y cambios regulatorios, sorprende la importancia que da Airbnb a la competencia «soterrada» que le está haciendo Google, a la que acusa veladamente de estar favoreciendo los resultados de sus recién lanzados Google Travel y Google Vacation Rental Ads.
Hay que recordar que Google ha sido demandada en EEUU por el Departamento de Justicia por prácticas monopolísticas, y que no es descartable que en la Unión Europea haya otra que se añada a la que llevó a la mayor multa de la historia hace un par de años, precisamente por cuestiones similares a las que relata AirBnb.
Con todas sus luces y sus sombras, AirBnb será un caso de estudio de como gestionar una crisis como la del COVID.
@resbla
Pensando en lo raro de este año a nivel de entorno de mercado, coincido contigo en que el caso Airbnb ha sido el cisne negro por el que nadie apostaba. Un certero análisis, Roberto. De los que ayudan a ver las cosas… de otro modo.
Muchas gracias Marta! Un abrazo 🙂