Migraciones Impositivas

Que los multimillonarios emigren buscando países de bajos impuestos no es algo nuevo. Sin embargo, la nueva realidad post-COVID, con el teletrabajo siendo algo común, seguramente haga de estas migraciones impositivas algo mucho más común, algo posible para casi cualquiera.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

 

A nadie se le escapa que los multimillonarios han emigrado (al menos fiscalmente) habitualmente buscando pastos más verdes en lo impositivo. Tradicionalmente, siempre ha habido un buen número de paraísos fiscales para esas personas con mucho dinero. Pequeños países del Caribe, Mónaco, y últimamente países asiáticos o de Oriente Próximo han sido los destinos tradicionales.

La realidad, es que incluso países que hablan mucho de la lucha contra los paraísos fiscales, entraron en la lucha por atraer a estos multimillonarios. Sin ir más lejos, España o Portugal lanzaron programas para atraer personas de alto patrimonio a través de visados a cambio de inversiones, y sí, están viniendo unos cuantos.

En EEUU, hace pocos días, Ellon Musk anunciaba que se mudaba a Texas, otro caso de multimillonario buscando pagar menos impuestos, pero que en EEUU se ha convertido en algo habitual y casi siempre con destino a Texas o Florida.

Aunque no son solo multimillonarios los que huyen de California, Oracle o HP anunciaron también que dejan Silicon Valley. De hecho, para fondos de capital riesgo especializados en tecnología, California ya no es su destino favorito, ahora es Miami, pero Texas también está atrayendo muchos inversores.

En EEUU, como es habitual, están utilizando adjetivos grandilocuentes. Estampida, incluso hay gente que dice que San Francisco puede ser la siguiente Detroit. Incluso se habla del movimiento alt-cities.

Sin duda es exagerada la comparación, pero también es cierto que esto va más allá de millonarios y empresas buscando menos impuestos. La crisis del COVID ha cerrado oficinas, algunas temporalmente, otras para siempre. Y claro, los empleados están empezando a explorar vivir desde otros sitios, más baratos, o más «interesantes».

De momento, no hay más que muchas anécdotas de gente que cambia de residencia por este motivo, pero hay pocos datos. De lo poco que he podido encontrar es este artículo de una empresa de alquiler de viviendas en EEUU.

Los autores dicen que es aún temprano para ver cambios radicales, pero intuyen varias tendencias. La primera es que la gente migrando de grandes ciudades, se va a ciudades cercanas pero más pequeñas y baratas. Por otro lado, estos migrantes, están aprovechando el mercado para alquilar por períodos cortos. Es decir, están probando cómo es vivir en la zona, o están saliendo de forma temporal de las grandes ciudades con intención de volver. También han detectado incrementos en sitios exóticos como Hawaii, pero siempre con alquileres de corta duración.

Salvando las distancias, aquí estamos viendo algo parecido. Pero también, muchas anécdotas y pocos datos. Muchos pueblos de toda España hablan de que tienen un buen número de nuevos vecinos. Es difícil saber ahora si serán movimientos permanentes. En muchos casos, la gente se ha ido a segundas residencias o la «casa del pueblo» de su familia, pero es indudable que esto será una nueva realidad en el mundo post-covid.

McKinsey en sus predicciones para el mundo post-pandemia dice que actualmente, y a nivel mundial, el 20% de los trabajadores podrían realizar de forma igual de efectiva su trabajo de forma remota. Cierto es que en España estamos peor que en otros sitios, pero también es cierto que dónde más caro es vivir, más porcentaje de estos trabajos ahí.

Figure 1. Potential for remote working differs strongly between and within countries

Parece poco lógico pensar que personas que puedan trabajar desde cualquier sitio elijan quedarse dónde la vida sea más cara y se paguen más impuestos. Así que es probable que las migraciones impositivas empiecen a ser mucho más comunes entre gente que no es multimillonaria.

Y aquí los gobiernos se van a encontrar ante un gran dilema en algo que ya nos es muy familiar aquí en España después de que el término dumping fiscal se haya incorporado al lenguaje habitual de políticos y tertulianos. ¿Entrarán a competir con otros territorios con menos impuestos para atraer a este tipo de trabajadores?

La cosa se complica cuando tenemos en cuenta que en Europa estamos lejos de un sistema fiscal común, por no decir que dentro de España tenemos diferencias entre Comunidades Autónomas.

Parece mentira, pero es complicadísimo comparar lo que pagaría un trabajador con el mismo sueldo en diferentes países de Europa. Lo más cercano que he encontrado con algo así, es este documento de Deloitte, aunque es del 2017. En todas las bandas de sueldo, España está en la parte media-alta en cuanto a ingresos netos después de impuestos para el trabajador.

Si a esto le sumamos nuestra calidad de vida, no es sorpresa que tengamos hasta 5 ciudades en la lista de las diez mejores ciudades para los expatriados.

Eso sí, el «tema fiscal es algo muy complicado» en España, algo con lo que no hace falta ser un expatriado para estar de acuerdo. Lo cual abre también a la «competencia fiscal» entre territorios no sólo a través de menos impuestos, sino a través de unas menores trabas burocráticas.

Estonia hace años tiró por ahí y creó el concepto de «e-residency» por el que personas no residentes en Estonia pueden crear empresas en el país a través de un procedimiento 100% online y de muy bajo coste. Es decir, se puede crear una empresa desde Madrid en Tallin sin poner el pie en Estonia. Si no conoces un emprendedor con su startup en Estonia, no conoces suficientes emprendedores…

Así que tenemos todos los mimbres para poder hacer un programa potente de atracción de talento y de trabajadores cualificados (y remoto). Se lleva tiempo pidiendo una estrategia nacional en este sentido, pero parece poco probable que esto ocurra dada la situación política. Es más probable que veamos intentos locales o regionales, y seguramente acusaciones de dumping fiscal por otras.

De momento, los visados a emprendedores no han sido un gran éxito, ninguna sorpresa la verdad. En todo caso, más allá de programas y peleas territoriales, la realidad es que las personas, liberadas de tener que ir a un espacio físico, empezarán a tomar decisiones sobre dónde vivir de forma diferente. Esto, seguramente no hará que de la noche a la mañana Silicon Valley se convierta en Detroit, o la España Vacía se llene de emprendedores tecnológicos o trabajadores digitales, pero sin duda, la migración impositiva va a ser una realidad para muchas personas (no multimillonarias).

@resbla

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