La Luna no es un buen campo de golf
Hace 50 años, un astronauta jugó al golf en la Luna. Como buen golfista, Shepard era un poco fanfarrón y cuando pegó el segundo golpe dijo que «la bola volaría millas y millas». Nunca se supo dónde acabaron las dos bolas que jugó Shepard en la luna… hasta la semana pasada.
De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:
Hace 50 años en la Luna, en una zona llamada Fra Mauro, ocurría esto:
Después de cumplir los objetivos de la misión, y justo antes de volver a la Tierra, Alan Shepard sacó un palo de golf construido a partir de una herramienta que se utilizaba para recoger rocas lunares, dos pelotas, y consiguió que el golf fuera el primer deporte que se practica fuera de la Tierra (al menos por un humano).
El primer golpe fue bastante reguleras, y a pesar de que la Luna no es más que un bunker con rocas, Shepard consiguió impactar de forma bastante limpia a la bola y dijo aquello de que la bola volaría durante millas.
La primera bola se localizó pronto en las imágenes que tomó el Apollo, pero dónde acabó la segunda bola ha sido uno de los misterios más curiosos de la historia de la exploración espacial. De hecho, se ha estimado que debido a la menor gravedad y falta de atmósfera, un golpe de un profesional en la luna podría volar más de un minuto para recorrer tres kilómetros de distancia.
Finalmente, un fotógrafo y especialista en procesamiento de imágenes, Andy Saunders ha resuelto el enigma. Primero digitalizó los originales en alta definición, aplicó una serie técnicas para limpiar las imágenes lo más posible, y finalmente, localizó las bolas.
Y finalmente, con unos (relativamente) más sencillos cálculos, Saunders fue capaz de calcular que el segundo golpe no recorrió más de 40 metros. Eso sí, parece poco, pero teniendo en cuenta que Shepard llevaba un traje que ni siquiera le dejaba ver la bola y le obligó a dar el golpe con una sola mano, es casi un milagro que consiguiera dar a la bola.
La NASA y Shepard jugaron durante cierto tiempo con la idea de que esto fue una ocurrencia de el astronauta y que lo ocultó hasta el último momento. En realidad, no fue así. De hecho, Shepard entrenó el golpe vistiendo el traje de astronauta antes de la misión. Resulta que la NASA y él consideraron que sería algo que podía llamar la atención del gran público una vez los viajes a la Luna se habían convertido en algo bastante previsible y aburrido.
50 años más tarde, la semana pasada concretamente, el espacio vuelve a ser algo muy interesante. Millones de personas han visto como la SN9 de SpaceX se estrellaba al intentar aterrizar después de una prueba de vuelo a 10 kilómetros de altura después de una increíble maniobra de aterrizaje.
Y en una de esas coincidencias cósmicas, Jeff Bezos anunciaba ese mismo día que abandonaba su puesto de CEO de Amazon. Bezos quiere encontrar tiempo para las cosas que más le interesan ahora mismo, el Washington Post y Blue Origin.
Seguramente Bezos ha estado mirado con bastante envidia los éxitos (y fracasos) de SpaceX de su archienemigo Musk, y aunque es Blue Origin es poca broma, es obvio que se ha ido quedando atrás en esta nueva carrera espacial entre empresas. Todo el mundo espera que con Bezos «liberado» de Amazon, ponga a Blue Origin en supervelocidad.
Yo espero que también le quede tiempo para no acabar con The Expanse, pero lo que está claro, es que el espacio ahora vuelve a llamar la atención e inspirar de nuevo al gran público, y a los multimillonarios. No hacen falta truquitos para que prestemos atención.
@resbla