Suscripciones por encima de nuestras posibilidades
Aunque parecía difícil, estamos viviendo una nueva explosión en la creación de contenidos digitales liderada por creadores individuales e independientes, que aunque no son típicamente profesionales, están buscando en muchos casos monetizar estos contenidos.
Después de la explosión de los contenidos en vídeo en youtube, twitch o tiktok, ahora esta explosión está ocurriendo en un formato que podríamos casi llamar tradicional, voz y texto, y para monetizar estos contenidos, todos están mirando a un modelo de negocio muy tradicional, la suscripción.
Es poco probable que encima de todas las suscripciones que ya tenemos vayamos a tener otras cuantas para creadores individuales de podcasts, newsletters o twitter Super Follows, así que es probable que veamos que la historia se repite.
De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:
Pero vamos a hacer un poco de historia. Las cartas de noticias existen, que sepamos, desde los romanos. Tradicionalmente, sus autores hacían un resumen de las últimas noticias a sus destinatarios, que en muchos casos estos utilizaban para informar a sus vecinos.
Una de las más importantes y reproducida fue la carta con la que Cristóbal Colón avisó a los Reyes Católicos de su llegada a América que fue publicada y traducida a muchos idiomas.
En el siglo XV, aparecieron los avvisi que junto con las letter of news se convirtieron en servicios de suscripción por parte de emprendedores que vieron que había valor en las noticias, en la generación de contenido que diríamos ahora.
Estas newsletter evolucionaron hasta los periódicos de hoy en día, agrupando redactores (creadores de contenido) bajo el mismo techo para dar una información lo más amplia posible normalmente siguiendo una línea editorial. El modelo de negocio principal de los periódicos fue también el de suscripción durante mucho tiempo.
Pero llegó internet, y las grandes empresas tecnológicas cambiaron el juego monopolizando la distribución. El contenido lo seguían generando los mismos (de momento seguiremos centrados en las noticias), pero la distribución pasaron casi a monopolizarlo los buscadores (google a la cabeza) y las redes sociales.
A estas empresas tecnológicas, perdonen el aforismo, les da igual culo que cara, lo que les importa es el volumen. Su modelo de negocio está basado en dar contenido gratis a cambio de publicidad, lo que empujó a muchos creadores a probar modelos freemium, pero esto no paró la sangría.
Este modelo de negocio muy de volumen de contenido pagado por publicidad también encajó bien con los youtubers e instagrammers, al menos con los que han alcanzado el status de verdaderas estrellas.
Sin embargo, para creadores de contenido más de nicho con un público limitado, tampoco se demostró viable. De hecho, estos lo único que hacen es alimentar el long tail del que tanto se benefician estas plataformas tecnológicas sin recibir mucho a cambio.
Y sí, aunque no parece que nadie lo pidiera, estamos de nuevo en una era de creadores de contenido digital, y además están creando contenidos en «nuevos» formatos. Ya hemos dejado atrás el vídeo, y la última moda está en la voz y el texto.
Ya hablamos de la locura de clubhouse que se suma a la creciente fiebre por los podcasts. Y ya casi nos habíamos acostumbrado a que cada día nazcan centenares de nuevas newsletters, normalmente en substack. Pero también cada día vemos nuevos creadores de contenido que exploran monetizar en las plataformas tradicionales con opciones de mecenazgo.
Una de estas plataformas tradicionales, twitter, acaba de anunciar que se sube al carro de lanzar servicios de suscripción para creadores, el suyo se llama Super Follow, y se suma a los anunciados recientemente por Spotify para podcasts, o los que han ido haciendo tiktok, facebook en esta línea.
También habría que recordar la plataforma de creadores (ejem) onlyfans, nacida relativamente hace poco para cubrir esta necesidad de monetizar el contenido cuando no tienes suficientes seguidores como para que te lleguen grandes cheques de youtube o instagram.
Otra plataforma que se anticipó mucho a esta explosión de «microcreadores» es patreon y está pensado más bien que para un modelo de suscripción, para un modelo de mecenazgo. Con patreon, los creadores separan el contenido de la monetización, así hay periodistas que piden a sus seguidores que hagan aportaciones a través de patreon para seguir su trabajo y creando contenido exclusivo para sus mecenas.
Así que estamos al borde de que no será suficiente con las suscripciones a nuestros servicios de streaming favorito, vamos a tener que suscribirnos (pagando) al canal de nuestro humorista favorito, al de nuestro comentarista económico de cabecera, o al de nuestra profesora de mindfulness. Me temo que vamos a tener suscripciones por encima de nuestras posibilidades.
Pero cómo la historia de los negocios es circular, lo siguiente que veremos serán plataformas agregadoras de contenidos, que a través de una suscripción nos den acceso a muchos de estos «microcreadores». Vamos, cómo un periódico.
Estoy también seguro de que algunas de estas plataformas resucitarán el concepto de «curated content« (y no, no es curación (sic) de contenido) que estaba muerto con razón, pero que no cabe duda de que ahora va a volver a tener otra oportunidad. Es decir, lo que han hecho los editores de los periódicos de toda la vida.
Puede no parecerlo a simple vista, pero estamos en un momento muy interesante en cuanto al contenido digital. Parece que la eterna promesa de la monetización para pequeños creadores está más cerca que nunca, y es probable que de todo esto salga un panorama cambiado en cuanto a plataformas y distribución del contenido.
Pero recuerden, la historia de los negocios es circular
@resbla