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Nos prometieron coches voladores y nos dieron 140 caracteres

Hoy me traigo aquí un artículo que publiqué hace no tanto (en Enero) en Sintetia. Ya he dicho un par de veces que no es mi intención recuperar artículos míos recientes, pero voy a volver a saltarme esa regla con este.

El motivo es que ayer me enteré de que en este artículo de Expansión (Los ‘eBay’, ‘eDreams’ y ‘Booking’ españoles de la distribución) citaban este artículo, así que me parece interesante «traerlos» aquí a los dos.

Aquí está tal cual se publicó en Sintetia el 23 de Enero del 2015:

 

Esta frase se refiere a las visiones sobre cómo debería ser nuestro presente. Pues bien, parafraseándola, y para hablar de las promesas de internet, se podría decir que nos prometieron acabar con los intermediarios y acabamos con Amazon.

Uno de los grandes mitos de internet es que acabaría con los intermediarios. Internet iba a ser una especie de arma de destrucción masiva de los intermediarios, y eso se suponía que eran buenas noticias. Los intermediarios siempre han tenido muy mala fama. En el imaginario popular los intermediarios son gente que inflan el precio y que de alguna forma se aprovechan de los dos extremos de la cadena.

Internet pondría en contacto a fabricantes/productores/creadores directamente con sus clientes, eliminando barreras y por lo tanto la necesidad de intermediarios. Sin embargo, la realidad es muy tozuda, pero el mito perdura y es muy fuerte. Como comentaba en otro artículo hace unas semanas, no hace mucho me ponían Amazon como el ejemplo definitivo de que la intermediación había muerto en internet. Pero no sólo hay que mirar a Amazon, los grandes del mundo B2C en internet son unos grandísimos intermediarios. Pensad en el iTunes de Apple que intermedia entre creadores musicales, de cine, TV y de Apps y el usuario final. O cómo Google hace lo mismo con su Google Play (por no hablar del papel de su buscador en todo esto).

Pero el mito sobrevive, y mucha gente los considera canales directos y ejemplos de manual del proceso de desintermediación. Por no hablar de Dell, considerado en su momento como la prueba definitiva de este fenómeno y caso de estudio por todo el mundo, que desde entonces no sólo dejó de ser una empresa 100% de venta directa, sino que está a la búsqueda de un modelo de negocio.

Y a pesar de que gente como HBO ha seguido una estrategia de integración vertical que le va a llevar a lanzar su propio canal directamente a través de internet, o algunos intentos de músicos y escritores que han intentado lanzar sus creaciones de forma directa, sí que parece claro que, al menos a medio plazo, el mercado de los contenidos seguirá siendo principalmente un mercado indirecto, por no hablar del mercado del software sobre todo en su vertiente del B2C, representado en su mayoría por las Apps para teléfonos y tabletas. No parece que haya nada en el horizonte que vaya a cambiar el status quo a medio plazo.

Si miramos los dispositivos, también ha habido muchos cambios. Y es que si Dell dejó de vender exclusivamente en directo hay otros que hicieron el camino contrario. Sin embargo, existen pocos fabricantes puramente directos, y los que hay, suelen ser o muy nicho o fabricantes que utilizan la venta directa para lanzar nuevos productos que luego escalan a través de otros canales (buenos ejemplos son las marcas de teléfonos chinos que están creciendo con fuerza). A pesar de lo que nos decía el mito, el volumen en internet pasa a través de los grandes retailers (hablando de B2C), y eso no parece que vaya a cambiar.

Pero es que incluso los mercados que parecían abonados para la venta directa y en los que los intermediarios parecía que aportaban poco valor, y por lo tanto estaban destinados a desaparecer, dan señales de que quizá no era así. Las aerolíneas se han llevado una verdadera sorpresa cuando pensaron que internet significaba el final de los intermediarios en la venta de billetes de avión. Pensaron que serían capaces de vender directamente los billetes a sus pasajeros saltándose a agencias y a sistemas globales de reserva. Sin embargo, la realidad es muy diferente hoy en día. Incluso Ryanair, que en un momento se opuso hasta legalmente a que sus billetes los vendieran terceros, ha aceptado la situación y vende de forma indirecta sus billetes también. Pero es que algunas aerolíneas han llegado al extremo de externalizar su venta de pasajes a esos intermediarios que pensaron muertos. Incluso últimamente se habla del renacimiento de las agencias de viaje, no sólo de las online, sino también de las físicas.

Y la última sorpresa viene del mercado inmobiliario de EEUU donde muchos ya celebraban la tendencia imparable en venta directa, sobre todo a través de diferentes portales inmobiliarios. De repente, la venta de venta directa el año pasado ha caído, y mucho. Los agentes inmobiliarios han aprendido a utilizar eso mismo que les iba a hacer desaparecer para ser más eficientes y competitivos.

Simplificando mucho, podríamos decir que los intermediarios se dedican al arbitraje. Arbitraje en un sentido muy amplio, bien sea de precios, de información, de disponibilidad entre diferentes lugares geográficos… La literatura económica les da el papel de mejorar la eficiencia y eficacia de los canales. Se podrían decir que engrasan el mercado. Dónde hay un desequilibrio en el mercado, es muy posible que aparezca un intermediario que ayude a solucionarlo (y se beneficie en el proceso).

Y por eso todo el mundo pensó que internet acabaría en gran medida con los intermediarios. En definitiva, internet es una gran herramienta para diseminar información sobre precios y productos; sin olvidar su papel en la logística, literalmente acortando las distancias y los tiempos a escala mundial. Entonces, ¿qué está pasando? ¿Por qué los intermediarios no han desaparecido o incluso siguen creciendo?

Yo creo que podríamos hablar de tres posibles razones:

– La primera yo creo que tiene que ver con algo de lo que hablaba recientemente The Economist: la facilidad que tiene internet de generar “quasi-monopolios”. Internet suele recompensar a los ganadores de cada mercado con esos “quasi-monopolios”, lo que se ha llamado el efecto “el ganador se lo lleva todo”. El efecto red, innato en internet, genera grandes inercias detrás de esos ganadores que al final conlleva unas enormes barreras de entrada para nuevos competidores. Y esto lo han utilizado esos grandes ganadores en internet para “romper” mercados y luego quedarse ellos como el gran intermediador.

Precisamente Amazon es un buen ejemplo de eso. Un nuevo competidor que rompe la cadena de distribución existente y acaba por establecerse como intermediario imprescindible teniendo, incluso, más poder de negociación que los propios creadores (lo cual está generando mucho debate en Estados Unidos sobre si ese poder ya es demasiado).

– La segunda creo que tiene mucho que ver con la concentración que se ha vivido de la fabricación en China. Esto ha tenido unas cuantas derivadas. La primera es que son crecientes las actividades/productos donde la fabricación se ha externalizado. Se han creado en China especialistas en fabricación para terceros, convirtiendo a las propias marcas, en muchos casos, en “simples” intermediarios. Esto a su vez hace que esos fabricantes empiecen a buscar nuevos clientes que revendan sus productos, algo que se ve muy claro en el mundo de la electrónica.

Por otro lado, este aumento en las distancias geográficas abre la puerta a algunos intermediarios clásicos, ya que hay un aumento en la complejidad logística e incluso legal. Y también unido a este alargamiento de la cadena está la importancia de los servicios financieros asociados, no solo en ámbitos como los tipos de cambio (muy importantes en cadenas de distribución en los que los productos tardan varios meses en llegar a destino), sino también de crédito. En estas cadenas de distribución de productos de gran volumen todos los eslabones de la cadena trabajan con márgenes muy pequeños lo que hace que figuras que pueden aportar crédito a la cadena, sean muy relevantes.

– Y por último, aunque también intrínsecamente relacionada con la anterior en muchos casos, está la tremenda tendencia a la estandarización en los productos que estamos viendo en prácticamente todas las industrias, como ya comenté en un artículo anterior. Esta estandarización, o mejor normalización en el sentido de que los productos y servicios se normalizan hacia el mínimo nivel “suficientemente bueno”, hace que se abran oportunidades para empresas que quieran ofrecer personalizaciones o soluciones más a medida. Estos son otros de los típicos intermediarios, aquellos a los que siempre se ha llamado de “valor añadido”. Profesionales que cogen un determinado producto o servicio estándar y le añaden funcionalidades o servicios adicionales que la demanda valora.

En este contexto, ¿qué podemos hacer a la hora de definir nuestra estrategia de venta y las decisiones sobre canales?

– Lo primero, olvidarnos del mito de que internet acabará con el intermediario. Sin duda, casi ningún mercado se parece a como era antes de la llegada de internet, pero la figura del intermediario como tal no va a desaparecer y, es más, en algunos mercados puede que sean cada vez más importante. Estos intermediarios serán muy diferentes a como eran hace 10-15 años, y en muchos casos no querrán identificarse con esa figura. Pero ahí están y no se van a ir.

– Como paso lógico hay que entender las dinámicas de los canales indirectos. Cada industria y mercado es un mundo y, como hemos visto, se puede tener mucho éxito rompiendo esos canales. Sin embargo, si no vas a ser Amazon, tendrás que jugar según las normas y, de nuevo, cada mercado e industria tiene las suyas. Resulta muy importante entender muy bien nuestro papel en la cadena de valor, así como los eslabones de antes y de después al nuestro. Nos ayudará mucho a saber cuál es la mejor estrategia para vender y cómo podemos apalancarnos en cada uno de ellos.

– Por último una de las palabras de moda últimamente, sólo hay una salida, una estrategia “omnicanal”. Hace unos años, muchos fabricantes temblaban ante la idea de abrir un canal directo y la avalancha de conflictos de canal que les iba a caer encima. Eso ya está superado, pero no significa que no haya que planificarlo. Igual que ya casi nadie espera exclusividad y asume que un fabricante venderá por diferentes canales, tampoco hay que generar conflictos de forma gratuita, así que volvemos al punto anterior. Hay que entender la dinámica de nuestros canales, y hacer una estrategia global

Si a principio de los años 2000 alguien hubiera dicho que Dell dejaría su modelo de venta exclusiva en directo, seguramente le hubieran llamado loco. Si hace dos o tres años alguien lo hubiera dicho de Ryanair (en 2008 tenían tecnología anti-agencias de viaje en su web), seguramente pasaría lo mismo. Pero todo apunta a que este año Amazon empezará a abrir tiendas físicas, y estoy seguro de que no será el único retailer en hacer el viaje de vuelta.

@resbla

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¿Se agota el círculo virtuoso para los dispositivos móviles?

En esta nueva etapa en la que (rápidamente) voy entrando, seguramente empiece a hablar de temas que antes por razones obvias estaban un poco fuera de límites. Y este quizá sería uno de esos de los que no habría escrito hace unas semanas.

No hace falta haber estado en el MWC para detectar un cierto agotamiento en los dispositivos móviles. A pesar de los extraordinarios números de los nuevos dispositivos de Apple, y su encarnizada pelea con Samsung por los primeros puestos, así como el nacimiento de nuevas estrellas desde China como Xiami o OnePlus (sobre los que hablé en Sintetia), se nota una cierta falta de sorpresas por el lado de los dispositivos. Parece que hemos entrado rapidísimamente en una simple carrera de «grandeza». Quién tiene la mejor pantalla, quién tiene más núcleos, quién tiene más almacenamiento, quién tiene más megapíxeles en su cámara…

Y esto me resulta muy familiar. Hace ya unos cuantos años, se habló mucho sobre el círculo virtuoso entre el software y el hardware en el mundo del PC.

Los fabricantes de software fabricaban aplicaciones por encima de las capacidades de los PCs que existían en ese momento con la certeza de que en meses los PCs serían capaces de correr esas aplicaciones, y al revés, los fabricantes de PCs (y concretamente de procesadores), gracias a la Ley de Moore, trabajaban a tope para cumplir la Ley sabiendo que habría software que se aprovechara de la nueva potencia adicional de sus nuevos productos.

Esto funcionó muy bien durante muchos años. Primero el simple incremento en la fuerza bruta de los ordenadores impulsó el incremento en la productividad en las oficinas. Cada nuevo lanzamiento de Excel era un salto cualitativo que abría nuevas oportunidades a negocios pequeños de todo el mundo que no habían tenido acceso a los ordenadores (no personales) de aquella época. Puede parecer irrisorio ahora, pero conozco gente que casi hacía cola a la puerta de las tiendas para comprar la última versión de Excel en esos días.

Esa es la época en la que las novedades llegaban antes al mundo de la empresa que al doméstico. Eso fue cambiando según fueron mejorando por un lado los gráficos, tanto en número de colores como en definición, como la reconversión del PC en un dispositivo multimedia. Todavía recuerdo alucinado cuando escuché por primera vez una tarjeta de sonido Adlib, y de repente el PC emitía música en vez de los chasquidos a los que estábamos acostumbrados.

Esa revolución que vino en principio de la mano de los juegos hizo que la informática doméstica empezará a evolucionar más rápido que la que había en las empresas. Luego vino la multimedia de alta calidad, internet y finalmente la movilidad…

Con toda esa evolución, ese círculo virtuoso se fue debilitando. Salvo en el mundo de los juegos (y sin duda se ha ralentizado mucho), no hay aplicaciones que exijan una renovación de un equipo porque no sea capaz de correrla. Las renovaciones vienen más por el simple envejecimiento del equipo, más que por el hecho de no poder jugar a un determinado juego o correr una determinada aplicación.

Pues bien, tiene toda la pinta de que la industria de los dispositivos móviles se encuentra en una coyuntura similar. Si el círculo virtuoso del PC fue creado por el software y el hardware, aquí ha habido un tercer factor, la conectividad.

Exáctamente igual que en el mundo del PC, mayores demandas por parte del software han empujado a que el harware mejorara rápidamente, pero además, las nuevas y más rápidas tecnologías de conectividad de datos han empujado tanto al hardware como al software, y sobre todo, la renovación de terminales.

Sin embargo, como decía, la industria da cierta sensación de agotamiento de ese modelo. Quitando otra vez los juegos más potentes, la mayoría de las aplicaciones corren sin problemas en móviles modernos y no necesitan de la próxima generación para hacerlo. La calidad de las pantallas ha llegado un punto en el que los incrementos son marginalmente mejores desde el punto de vista de los beneficios para el usuario (también recuerdo los alucinantes cambios entre CGA, EGA y VGA, y lo poco que nos empezó a importar aquello cuando pasamos de XGA). Almacenamiento, megapíxeles en la cámara, núcleos del procesador, todo eso empieza a ser poco importante porque hemos llegado a un nivel de capacidad en los dispositivos que cubren con creces las necesidades de la grandísima mayoría de usuarios. Y lo mismo pasa con la conectividad. Si la llegada del 3G significó un importante motivo para la renovación de dispositivos, el 4G no parece que haya sido igual, y tengo personalmente mis dudas sobre el interés de la mayoría de los usuarios por lo que pueda traer el 5G. Si vemos el ejemplo de la conectividad en los hogares, una vez pasados los 50Mb de velocidad, no parece que haya un grandísimo interés más que para un pequeño nicho de usuarios. Lo cual hará que la subida de velocidad vendrá más por el lado de la oferta que por el de demanda.

Mucho de eso se ha visto en el último MWC. Las grandes estrellas no han sido los fabricantes de dispositivos, ni las operadoras, ni los desarrolladores de apps. En el MWC se ha hablado mucho de llevar la conectividad a los países pobres y en desarrollo (clara respuesta a la falta de nuevo negocio que se ve en los mercados maduros), se ha hablado mucho de contenido, y se ha hablado muchísimo de los dispositivos vestibles y por lo tanto de IoT.

Curiosamente llegamos a un punto convergente con el mundo de los PCs. Hace ya muchos año escuché que el lenguaje natural sería lo que rejuvenecería al círculo virtuoso del PC. Si a esto le añadimos los gestos, pero también información corporal recogida a través de sensores, es al punto al que también han llegado los móviles, en este caso dependiendo de dispositivos externos (en mucho casos vestibles).

En el tema del lenguaje natural, también se puede aplicar la famosa broma de que llevamos 20 años estando a 5 de que sea una realidad. Sigo viendo demostraciones de interactuar con PCs con la voz que ya ví hace muchos años. Tengo la sensación de que podemos estar viendo algo parecido en el tema de los wearables e IoT. Son la gran esperanza de la industria, pero aunque sin duda será una realidad a medio plazo, lo será de una forma muy diferente a la que estamos viendo ahora en la que estamos con productos solo atractivos para los entusiastas y los (muy) early adopters.

Siempre me acuerdo de cuando hace muchos años intentábamos vender los primeros dispositivos bluetooth. Al principio había que vender adaptadores USB, incluso se intentó vender para generar redes inalámbricas. Por supuesto que se vendió poquisimo, para verdadera frustración de los que lo intentábamos. Vendíamos la idea de que sería una tecnología que estaría por todos los sitios en el futuro y de que los conectores eran una forma de estar preparados para ese futuro (otra vez el círculo vicioso). Y ocurrió, ahora bluetooth es una tecnología ubícua. El problema era que en aquella época se hablaba de 1-2 años como mucho, y no fue hasta que la tecnología se integró y «desapareció» de los ojos del público, hasta que se convirtió en una tecnología masiva.

Todo esto que no es más que un caso clásico del ciclo de adopción tecnológico, debería de ser un aviso a toda la industria. De la misma forma que Google nunca pasó más allá de los Innovators con sus Glass al no ser capaz de tener más tracción con Early Adopters ni por supuesto con la Early Majority, en mi opinión por hacer su tecnología demasiado obvia y visible, todo lo que está girando alrededor del lenguaje natural y vestibles tiene que conseguir saltar esa barrera.

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Sólo habrá dos tipos de empresas…

Hoy quiero compartir con vosotros mi charla en el pasado e-Coned. Y lo hago por varios motivos. e-Coned es un evento organizado por el Norte de Castilla, diario decano de la prensa española, al que tengo especial cariño por ser el periódico de mi ciudad natal. Y es que el Norte (como le llamamos allí), está haciendo grandes esfuerzos por adaptarse a los nuevos tiempos, y desde hace tiempo intentó aglutinar muchos de esos esfuerzos bajo la marca e-volucion, y precisamente ayer, anunciaron su nueva web.

Otro motivo importante es que me interesa muchísimo la comunicación y sobre todo la oratoria. Y es un tema sobre el que hablaré bastante aquí. Y como digo muchísimo en los talleres sobre oratoria que organizo, la mejor forma de enfrentarse y superar los nervios es ponerse delante del foco y practicar. Y aún más, verse a uno mismo hablando en público para poder ver las áreas de mejora, ¡y yo tengo muchas!

Este tipo de charlas son siempre complicadas. Tienes que hablar de un tema que es tu día a día, del que se supone que eres experto, a un público digamos, más generalista. Cosas que tú das por supuestas, no necesariamente son verdades absolutas para tu audiencia. Es muy importante elegir bien la narrativa, elegir los colores de la charla, para transmitir una idea muy específica de forma clara. Espero que me digáis si lo conseguí 🙂

Las diapositivas de la charla se pueden ver aquí, aunque son bastante inútiles sin contarlas, algo siempre recomendable en una presentación. Hay que diferenciar entre archivos Powerpoint usados como documentación, y archivos Powerpoint (utilizo Powerpoint para entendernos, pero aplica a cualquier otra aplicación de presentaciones) para ser realmente presentados y utilizados como APOYO de tu presentación.

Por lo demás, creo que la idea principal de la charla está bastante clara, teniendo en cuenta el título del bloque en el que yo presentaba «a más tecnología, menos costes» y como lo utilizo para crear cierta controversia que genere interés.

Volviéndolo a ver, me quedo con la idea que lanzo al final de a más tecnología, mayor competencia. Nada novedosa por otra parte, pero que me apunto para quizá desarrollarla un poco más en el futuro.

 

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