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La década de los 2020s será maravillosa

Tenemos tantas ganas de que se acabe el 2020 que se nos está olvidando que también se acaba una década (y no, no hay debate sobre cuándo empieza la década por mucho que la wikipedia diga otra cosa).

El COVID ha sido el remate de una década que no recordaremos con mucho cariño, pero es que además, en tecnología ha sido cuando menos decepcionante. Pero estoy convencido de que eso va a cambiar, y en realidad, en los 2010s hemos puesto los mimbres para que la década de los 2020s sea maravillosa.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2020/12/fin-de-decada.mp3?_=1

 

No hay que ser un tecnopesimista para pensar que la década de los 2010s ha sido bastante decepcionante en cuanto a la tecnología. Incluso si obviáramos el COVID, lo cierto es que nuestra vida es muy diferente a cómo era hace 10 años, pero en cosas, si se me permite insustanciales.

Pedimos comida a domicilio constantemente, pero también compramos prácticamente todo desde casa a través de nuestros móviles. Nuestro contenido es digital, bajo de manda y de consumo rápido. Instagram, TikTok y el boom de las plataformas de streaming son fenómenos de la década de los 2010s.

Pero también el fenómeno youtuber, aupado por el auge de los videojuegos online con millones de jugadores como fortnite. Y no olvidemos, que aunque nacieron en el cambio de década, plataformas como AirBnB o Uber (una con mucho más éxito que otra en los últimos tiempos) disrumpieron industrias y cambiaron la forma en la que la gente se iba de vacaciones o cogía un taxi.

Y aunque nuestras vidas son sin duda muy diferentes a como lo eran en el 2010, no parece que lo hayan sido en cosas realmente importantes. No hemos sido capaces de solucionar problemas como el cambio climático, a nivel de salud, ha habido muchas mejoras, pero todas incrementales y no radicales (aunque ahora hablaremos de los primeros pasos en algunas materias). Y no, no nos transportamos de forma radicalmente diferente, salvo que consideremos a Zoom como una forma de transportarnos.

Pero creo que hay motivos para ser (muy) optimistas para esta década que empieza. Creo que más allá de algunas cosas todavía muy en el mundo de la ciencia ficción, hay muchos grandes avances que estamos casi tocando con las manos y que pueden ser realmente transformadores. Algunos de ellos, ya están aquí, aunque no de forma masiva. En la próxima década lo serán.

Hay que decir que la década de los 2010s no ha sido tan mala en cuanto a productividad, y sería difícil hablar del Gran Estancamiento de Cowen. Algo así dije hace ya unos años, y Noah Smith habló recientemente de lo mismo aquí, donde dice que en la década que acaba la productividad en EEUU creció de media un 3%, lo cual no es nada desdeñable.

En todo caso, como decía, creo que podemos esperar cosas más radicales en los 2020s. Empecemos por la energía, que es lo que de verdad necesitamos para solucionar el problema del cambio climático.

Durante la década de los 2010s se ha conseguido que la energía fotovoltaica sea la forma más barata en la historia de la humanidad de generar electricidad. Por lo tanto, su adopción no hará más que acelerarse en la década que entra junto con otras energías renovables. Sin embargo, esto parece que no será suficiente. Una grandísima parte de las emisiones de CO2 vienen del uso de hidrocarburos en transporte, y eso es difícil de sustituir con energía fotovoltaica. Incluso con una revolución en baterías (poco probable), habría una gran parte del transporte global que no podría hacerse eléctrico.

La gran esperanza en este sentido es el hidrógeno, y aunque llevamos hablando de esto décadas, es probable que esta vez sí. Es probable que nunca utilicemos el hidrógeno en nuestros coches, pero es bastante probable que se utilice en aviación o en camiones y autobuses. Unos grandes emisores de CO2.

Un poco más en el entorno de la Ciencia Ficción estaría la fusión nuclear. Esta es otra tecnología de la que se lleva diciendo décadas que estamos a pocos años de conseguirla. Pero aunque más lejana, hay mucha gente que piensa que nos acercamos de verdad a que sea una realidad. En EEUU han empezado el desarrollo de un reactor compacto de fusión nuclear y los expertos creen que podría tener éxito.

Si pasamos al mundo de la salud, la década de los 2010s vio como la esperanza de vida seguía creciendo. España adelantará a Japón y se convertirá en el país con mayor esperanza de vida, pero la realidad es que el aumento de esperanza de vida no ha sido sólo una cosa de países ricos, sino ha sido a nivel global.

Y en salud, también deberíamos ser optimistas en cuanto a la tecnología y su impacto positivo en nuestras vidas. Personalmente, hay 4 cosas muy llamativas, que ya hemos empezado a ver en los 2010s, pero que en los 2020s serán comunes.

Por un lado, la Inteligencia Artificial ayudando a los investigadores a encontrar nuevos medicamentos y tratamientos. Hace pocos días, DeepMind solucionaba un problema sin respuesta durante 50 años y que los expertos dicen que es trascendental.

La ingeniería genética también ha empezado ya a dar resultados y su uso será masivo en la próxima década. Sobre todo gracias a CRISPR o CAR-T, hemos visto casos de curación de enfermedades incurables hasta hace poco, también en España.

Muchas de las vacunas del COVID que están llegando ahora están basadas en una técnica que se había utilizado mucho en vacunas animales, pero que es la primera vez que se utiliza en seres humanos. La vacunas ARNm, que abren las puertas al desarrollo más rápido de vacunas más eficaces.

También tenemos los avances en robótica, y principalmente exoesqueletos. Una tecnología muy representada en la ciencia ficción, pero que cada vez tiene más ejemplos reales. Una tecnología con el potencial de ayudar mucho a mucha gente.

Y finalmente, algo que aún parece ciencia ficción pero que ya estamos casi tocando con las manos, son los interfaces hombre-máquina bidireccionales (BMI). Neuralink ya demostró hace poco un prototipo funcional con cerdos, y espera empezar pruebas con humanos este mismo año. Algo que puede tener un impacto difícil de imaginar.

En el espacio, la década de los 2020s será maravillosa. La carrera espacial es entre empresas, algo que empezó en la década de los 2010s. Volveremos a poner personas en la Luna, probablemente en Marte, y hay proyectos de todo tipo en los que grandes y pequeñas empresas, esperan hacer del espacio una nueva fuente de riqueza. Y es que aunque no llegará algo puramente de la ciencia ficción en el 2020s en el espacio, la industria aeroespacial tendrá una gran década y generará cada vez más riqueza.

Ya hemos hablado de la Inteligencia Artificial en el ámbito de la salud. Pero si miramos otras aplicaciones, la verdad es que aunque ya la tenemos alrededor nuestro con aplicaciones que se han convertido en comunes (reconocimiento de voz, visión artificial, predicción…), es difícil argumentar que ha transformado radicalmente ninguna industria. Sin embargo, creo que esto cambiará.

Los vehículos autónomos se convertirán en una realidad común en los años 2020s. Esto traerá beneficios en cuanto a la reducción de accidentes, de emisiones y de productividad. La IA seguirá generando muchos riesgos en cuanto a privacidad y ciber seguridad, sin embargo, veremos cada vez su uso en masivo en diferentes aplicaciones en todas las industrias. Sin duda, se viene un importante aumento de la productividad gracias a la IA.

Hace poco más de un año, google anunció que había conseguido la supremacía cuántica. Hay mucho debate sobre si ocurrió o no, pero no cabe duda de que la computación cuántica tendrá un papel cada vez más importante durante los 2020s. ¿Qué efectos tendrá esto? Ni idea, pero precisamente por eso es otra de las grandes esperanzas de algo radican en esta nueva década.

Seguro que me dejo cosas, de hecho, mejor que me deje cosas y que además haya algunas imprevistas. en todo caso, estoy seguro de que la década de los 2020s será maravillosa en ciencia y tecnología. Os deseo a todos que también lo sea personalmente.

@resbla

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La Disrupción de Christensen (XI)

Hace más de un año del último artículo del Manual para Disruptores. Aunque lo haya parecido, no significa que esté abandonado, simplemente que no he tenido tiempo para continuarlo. Ahora que he estado unos días en «barbecho», me ha permitido rematarlo. Espero que el próximo, no me lleve tanto.

De hecho, cuando este enero falleció Clayton Christensen, hubiera sido el momento para haber escrito esto, pero me fue totalmente imposible. Y en realidad, tiene algo de irónico que en una serie de artículos sobre disrupción no hayamos hablado más de Christensen, el padre de la criatura.

En realidad, sí que lo hemos hecho, pero casi un poco en negativo. Ya que empezamos esta serie con la  premisa diciendo que con todos los respetos, el concepto de Christensen de innovación disruptiva era demasiado limitado.

Sin embargo, eso no significa que debamos olvidarnos de la Disrupción según Christensen, muy al contrario, probablemente sea la más habitual, y me atrevería a decir, que una vez lleguemos a la realidad post-COVID, este tipo de disrupciones van a ser las que van a transformar muchas industrias.

Un concepto que llevamos utilizando desde el principio de este Manual, es el de job-to-be-done(jtbd), y aunque hay cierta polémica sobre el tema, se puede considerar a Christensen como co-autor del mismo.

He hablado mucho de jtbd en los diferentes posts de este Manual, y por supuesto, nada mejor como la fuente, un libro gratuito sobre el tema del propio Ulwick. Así que no voy a entrar en muchos detalles para no repetirme.

También Christensen volvió a definir Innovación Disruptiva en su artículo en HBR en el que argumentaba por qué Uber no lo era (aquí también hablamos sobre el tema). Según su definición, la disrupción ocurre cuando una empresa es capaz de retar exitosamente a los líderes de un mercado a través de ganar negocio en las partes menos rentables y pequeñas del negocio para luego ir cada vez ascendiendo hasta las partes más lucrativas echando definitivamente a las empresas que eran líderes de su mercado.

Utilizando la teoría del jtbd, hablaríamos de que una industria responde a un gran número de jtbd, algunos principales, otros secundarios. En alguno de estos secundarios, por cómo la cadena de valor de la industria está configurada, se dan casos de «sobreservicialización«. Se da a los usuarios mucho más de lo que necesitan. Esa «sobreservicialización» va asociada a unos mayores costes, y en consecuencia, unos mayores precios para los consumidores.

Pues bien, si una empresa es capaz de seguir cubriendo el jtbd dando el servicio justo y bajando los precios de una forma importante, es probable que gane rápidamente cuota en esa parte del mercado, permitiéndole luego competir en el resto de los jtbd, consiguiendo al final disrumpir la industria.

El ejemplo de libro de una «Disrupción de Christensen» es el de las aerolíneas de bajo coste, cuyos mejores ejemplos son SouthWest en EEUU y RyanAir en Europa.

Ambas compañías empezaron siendo muy pequeñas en un mercado dominando por corporaciones gigantescas, y empezaron con rutas cortas regionales que no eran muy rentables. Estas empresas realizaron una serie de innovaciones, todas ellas orientadas a bajar costes. Utilizar el mismo modelo de avión para abaratar en mantenimiento y formaciones, planificar rutas para que los aviones estuvieran parados lo menos posible, volar a aeropuertos pequeños, eliminar el catering gratis en los vuelos, eliminar las tarjetas de embarque y los asientos reservados…

Todo sumaba, en este caso, restaba para abaratar costes al máximo. Así que al principio, consiguieron hacer rentables rutas que para las grandes había sido imposible, y luego, con músculo y un modelo muy austero, fueron imbatibles en el resto de rutas.

Y es que el jtbd principal de un billete de avión es llegar a destino. El beber o comer en el avión, tener uno u otro sitio, tener un papel con tu asiento, o incluso, no ir al aeropuerto más cercano sino a uno suficientemente cerca, es todo accesorio. Tan accesorio, que casi todo el mundo lo ha sacrificado por pagar menos para cubrir ese jtbd principal de llegar a tu lugar de vacaciones por ejemplo.

Esta «Disrupción de Christensen» es un cierto contrasentido respecto del «sentido común» en los negocios que dice que dando más valor a tus usuarios generarás más satisfacción, que generará una mayor lealtad de tus clientes y por lo tanto, más negocio.

Esto que es cierto en muchas ocasiones, se viene al traste cuando alguien te ofrece algo suficientemente bueno a un precio radicalmente más barato. En España (hay datos parecidos para EEUU), volar desde Madrid a Barcelona valió durante muchos años unos 160€ actuales, ahora no es complicado encontrar billetes por 40€.

Hay que diferenciar una estrategia de «Disrupción de Christensen» de una de «low cost». Precios bajos son comunes en ambas, pero la clave de la «Disrupción de Christensen» es hacerlo en partes del mercado o jtbd que son secundarios para los líderes del mercado.

Una cosa sería sacar una marca de coches baratos que hacen básicamente lo mismo que los coches más caros, y otra sacar patinetes eléctricos que cumplen perfectamente el jtbd de transporte urbano en distancias cortas a una fracción del coste de un coche.

Las «Disrupciones de  Christensen» funcionan mejor en sectores consolidados, con pocas y grandes empresas y a ser posible que abarquen muchos productos o servicios (jtbd) relacionados pero que en algunos casos tengan pocas sinergias.

Por eso, todo el mundo apuesta por sectores como el de la banca o los seguros como probables víctimas de una Disrupción de Christensen. Aunque se le parece, y hay algunas sinergias, tiene poco que ver los seguros domésticos con seguros de responsabilidad civil para constructoras. O transferencias de pocas cantidades con servicios de financiación para el negocio internacional.

A las empresas o sectores que les hacen una «Disrupción de Christensen«, muchas veces acaban viviendo una Disrupción de la Rana. Pero por fijar la diferencia entre una y otra mientras que en la de la rana se produce una especie de «desgranamiento» de jtbd en la que de una gran industria aparecen varias, en la de Christensen se utiliza un jtbd o mercado secundario para luego quedarse con el pastel completo.

En el ejemplo de las aerolíneas, las aerolíneas low cost empezaron siendo muy atractivas para estudiantes o turistas, gente que no necesitaba estar en su destino a horarios relacionados con trabajo, hasta que luego ya también compitieron por los viajes de negocio. No aparecieron competidores especializados en vuelos para turistas o de negocios que fueran desagregando la industria en varias más pequeñas.

Como es habitual, consejos para disrumpidos:

  • No dejar que te disrumpan, disrumpirte a tí mismo antes de que lo hagan otros. Un ejemplo de «tapar huecos» muy interesante, es el de Bizum. La banca se ha protegido ante la entrada de nuevos jugadores por ahí.
  • Organizar plataformas para estos jtbd o mercados secundarios cuando dominas la industria, es mucho más sencillo y defiende contra estas disrupciones.

Consejos para disruptores:

  • Hay que estar por debajo del radar el mayor tiempo posible. Para cuando los incumbentes se den cuenta de que estás ahí, tiene que ser demasiado tarde, si no, les será fácil acabar con la «rebelión».
  • A pesar de estar sobreservidos, ayuda mucho que los clientes estén insatisfechos. Por ejemplo, antes de las low cost, nos daban comida en los aviones, pero era pésima. Poca gente tenía «cariño» a las aerolíneas de entonces. Aprovecha eso a tu favor e intenta darlo la vuelta.
  • Hay que ser radicalmente más barato, no simplemente más barato que los incumbentes.
  • Los momentos de crisis económica son ideales para esta disrupción.

@resbla

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Neuralink, llega el Homo Accretum

Después de casi tres años de secreto absoluto, la semana pasada, Elon Musk presentó en sociedad a Neuralink y sus avances en estos tres años.

La misión oficial de Neuralink es la de desarrollar interfaces (BMI) de gran ancho de banda entre el cerebro y las máquinas (Developing ultra high bandwidth brain-machine interfaces to connect humans and computers).

Sin embargo, Ellon Musk tiene, como siempre, mayores planes en mente. De esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2019/07/neuralink.mp3

Por si no os queréis ver todo el vídeo de la presentación (aunque es muy interesante), aquí va un resumen con lo más relevante:

  • El foco de Neuralink es el de lograr tratamientos para lesiones y enfermedades del cerebro, pero a largo plazo, el objetivo es conseguir unir a los seres humanos con la inteligencia artificial.
  • Neuralink ha realizado importantes avances con ratas, pero (y no parece que estuviera en el guión) Musk confirmó que habían conseguido que un mono manejara un ordenador con su cerebro.
  • En Neuralink trabajan 90 empleados y han levantado casi 160 millones de dólares (100 del propio Musk). Y Musk abrió el evento diciendo que el principal objetivo del mismo era el de atraer talento.
  • Han conseguido un importante avance consiguiendo «tramas» de electrodos finísimos (6 nanómetros) más pequeños que una neurona (20 nanómetros).
  • Han desarrollado un robot «cirujano» que inserta esos electrodos de forma autónoma y que esperan que la cirugía llegue a ser tan fácil cómo la de una operación tipo LASIK.
  • Quieren conseguir permiso para hacer pruebas con humanos en el 2020.
  • El anuncio de una publicación con los resultados de la investigación hasta ahora.

La verdad es que la presentación es impresionante, y para los que no somos expertos en la materia, parece sacada de un libro de ciencia ficción. En un momento, Max Hodak, Presidente de Neuralink, dice que la Inteligencia Artificial trae una nueva era de la humanidad, y que intentar conectar el cerebro humano a esa IA parece cómo lo primero que hay que hacer. Eso de la nueva era es un tópico ahora mismo, pero en boca de Hodak tiene otra dimensión.

Hay varias revisiones de expertos (los que me han parecido más interesantes, aquí, aquí, aquí) sobre lo que se presentó la semana pasada. Las reacciones van desde la más absoluta sorpresa y excitación sobre lo presentado, hasta una moderada sorpresa y cierto escepticismo natural en el mundo científico.

De menor a mayor «excitación».

Parece que a pesar de que se mencionó en la presentación y se habló de algunos avances, parece que Neuralink no está aún cerca de solucionar el problema con los materiales de los electrodos. Aunque sí que son importantes los avances en la miniturización y su estanqueidad, aún los materiales que utilizan no están listos para aguantar la década (mínima) que se han marcado cómo objetivo para estar instalados continuamente dentro del cerebro.

Musk mencionó la capacidad del sistema de Neuralink de funcionar en doble dirección, lectura y escritura. Sin embargo, en el paper no se menciona la capacidad de escritura.

Hay ciertas críticas también sobre que sólo aparezca Musk nombrado en el documento y que tenga muy poca información sobre la parte de la neurociencia. Sin embargo, es probable que esto (como alguna otra cosa) se explique por una búsqueda de mantener detalles importantes secretos.

En lo que sí que parece que hay consenso es que es impresionante que Neuralink haya conseguido consolidar el estado del arte en esto de los BMIs. Juntarlo todo en un mismo techo, avanzar incluso en alguna de las tecnologías, y todo ello, en tan poco tiempo. Sin olvidar además, los planes tan agresivos y tan a corto tiempo que tienen.

Y por último, el robot cirujano. Todos los especialistas están impresionados con el nivel tecnológico del robot que ha desarrollado Neuralink para ser capaces de realizar la cirugía con el nivel de precisión necesario. Hay que tener en cuenta que en el nivel de pequeñez en el que trabaja este robot, el pulso y la respiración son importantes a la hora de la colocación de los electrodos, y el robot es tan preciso como para tenerlo en cuenta.

Un USB-C, no Bluetooth ni 5G. Esa rata está tan desactualizada…

Parece que los beneficios de las soluciones en las que está trabajando Neuralink son obvios en el tratamiento de diferentes enfermedades y lesiones. Musk habló específicamente de hacer pruebas con personas con lesiones medulares, y ya es larga la historia de implantes cerebrales para el tratamiento de algunas enfermedades (implantes coclear, implante neuroestimulador, lesiones medulares).

Pero las principales dudas y reservas vienen en cuanto al objetivo expreso de Musk en que este tipo de dispositivos e intervenciones sean tan seguros y tan fáciles de colocar que una persona sana pueda querer instalárselo para «aumentarse» (en esto también hay pioneros).

Para empezar, hay muchas dudas sobre la verdadera utilidad de un implante de este tipo en una persona sana. Parece que pensamos más o menos a la misma velocidad que hablamos, por lo que tener un interfaz con más ancho de banda no debería permitirnos pensar más rápido. Aunque, si entramos ya en el terreno de la ciencia ficción, quizá este tipo de dispositivos desbloquearían al cerebro de las limitaciones de los «interfaces» actuales.

Por hablar en términos informáticos, la gran pregunta es si el cerebro está limitado por el ancho de banda de los interfaces (sentidos) actuales y desarrollar un nuevo interfaz con un ancho de banda más alto haría que el procesador pudiera funcionar a mayor rendimiento.

En cualquiera de los casos, todo esto genera bastantes preguntas de tipo ético que tendremos que empezar a responder pronto.

En el caso de que descubriéramos que el cerebro ya funciona a su máxima velocidad, esta tecnología sería de «conveniencia». Tendríamos un sentido adicional por comodidad, ya que no tendríamos que sacar el móvil para contestar una llamada, o teclear un mensaje… ¿Merece la pena cirugías cerebrales para ser más cómodos?

Pero si descubriéramos que los seres humanos aumentados además de la conexión con las máquinas desbloquearan capacidades mentales adicionales, ¿qué deberíamos hacer?

Hemos ya conseguido hacer extremidades que si no consiguen mejores resultados que las naturales, están muy cerca. Recordad el caso de Pistorius. Pero aún así, nadie en su sano juicio (ni ningún médico), se atrevería a amputarse las piernas para ponerse unas prótesis para correr más rápido.

¿Sería razonable hacerlo con el cerebro? En mi caso, no me preocupa eso de que podemos estar borrando las líneas que definen lo que es el Homo Sapiens (ya hablé de esto aquí), lo que me preocupa es lo que pudiera ocurrir si este tipo de tecnologías se convirtieran en el nuevo «normal». Si uno no quisiera «aumentarse», ¿quedaría discriminado ante los que sí? Por ejemplo, en el mercado laboral.

Personalmente, de todas las tecnologías alucinantes y sorprendentes que tenemos alrededor, esta es la que más me impresiona. La presentación de Musk del otro día, con sus limitaciones y fuegos de artificio, me hizo sentir como creo que se sintió la gente que vio las presentaciones de Tesla hace más de 100 años. Entre sorprendido, asustado y sin entender gran parte de lo que pasa.

Más allá de la parte de ciencia ficción, creo que debemos alegrarnos de que estamos cada vez más cerca de la cura de enfermedades y lesiones terribles. Es ya cuestión de pocos años.

Para la ciencia ficción, habrá que esperar. Pero no deberíamos esperar para empezar a buscar buenas respuestas a los retos éticos que nos presentan. Los historiadores del futuro tendrán que incluir a Elon Musk muchas veces en sus crónicas sobre nuestro tiempo. También los filósofos.

@resbla

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