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CES 2022 y los relojes de cuco

Se acabó el CES 2022 con alivio dentro de la industria tecnológica. A pesar de las numerosas cancelaciones de última hora, y una asistencia bastante floja, había muchas ganas de tener un evento presencial con cierta normalidad. Además, el volumen de noticias ha sido importante.

Sin embargo, uno no puede dejar de acordarse del Tercer Hombre y los 500 años de democracia en Suiza.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2022/01/ces2022.mp3?_=1

 

No cabe duda que este CES2022 tenía un papelón importante. Hace meses, cuando se estaba organizando, todo el mundo pensaba que ya había pasado lo peor de la pandemia del COVID. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha del evento y la aparición de nuevas variantes se vio que no era cierto. De hecho, muchos fabricantes importantes y visitantes cancelaron su presencia a última hora.

Durante el evento, se convirtió en tendencia el compartir fotos de los pabellones vacíos y hacer referencia a cómo de fácil era conseguir asiento frente a otros CES. Aunque también es cierto que habría sido peor ver aglomeraciones de gente con la que está cayendo.

Lo que no se puede negar es que efectivamente muchas empresas han utilizado el CES para sus anuncios y ha habido muchos de las grandes empresas de electrónica e informática. Sin embargo, es difícil encontrar alguno realmente impresionante y llamativo para el gran público.

En realidad, desde hace años, las noticias llamativas vienen de gadgets (en mucho caso inútiles), pero cada vez más, de los automóviles. Y es que el CES cada vez más parece un Salón del Automóvil. De hecho, este año se pueden decir que las cosas más interesantes que he visto, o al menos llamativas, están relacionadas con el automóvil.

Para empezar, mucha gente subiéndose al Loop de Musk, principalmente cómo curiosidad porque viendo los vídeos (a pesar de lo que dice Boring), no parece que sea muy útil. Para empezar, los Tesla siguen teniendo que tener una persona al volante.

Y además, el sistema que se supone que iba a hacer a sus usuarios evitar atascos, ha tenido bastantes atascos.

Pero sin duda, la noticia que más ha llamado la atención del CES ha sido el BMW que cambia de color.

Personalmente, creo que este CES es un claro testamento de lo irrelevante que ha sido la industria tecnológica en la solución de la pandemia del COVID. Sin quitar importancia a que sus productos nos han permitido estar mejor comunicados, trabajar mejor desde casa y entretenernos durante los encierros, es imposible no pensar que la industria ha tenido un papel muy secundario durante estos años de pandemia.

Pero la paradoja, y aquí viene la conexión con el Tercer Hombre, es que esto ha pasado siendo sin duda la industria más valiosa, no sólo actualmente, sino de la historia.

Durante el CES, y sin grandes anuncios, Apple superó los 3000 millones de dólares de capitalización en bolsa, algo que no había pasado nunca antes. Pero es que además hay otras tres empresas (Microsoft, Amazon y Alphabet) que están valoradas en unos 2000 millones y que podrían llegar a este nivel en breve.

Que sepamos, ninguna de estas empresas lanzó relojes de cuco durante la pandemia, pero creo que no exagero si digo que su papel en la resolución de esta pandemia es muchísimo menor del que dicen sus capitalizaciones bursátiles.

En todo caso, y por mirar el lado positivo, que hayamos tenido un CES aburrido y presencial podemos tomarlo cómo un signo de que la normalidad está cada vez más cerca. Una normalidad en la que seguiremos utilizando los relojes de cuco de forma masiva.

@resbla

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Los seguros de Tesla y la monetización de los coches

Tesla acaba de anunciar un seguro variable en base al estilo de conducción de su propietario. No son los primeros, pero sí la primera marca de automóviles que lo hace (cierto es que Toyota tiene algo parecido). Leo a mucha gente preocupada (con razón) por la utilización de los datos personales que permite esto, pero sinceramente, creo que el juego de Tesla es otro. ¿Han pensado lo poco que monetizan los coches sus fabricantes?

De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2021/10/seguros-tesla.mp3?_=2

 

Tesla lleva tiempo ofreciendo seguros para sus coches, aunque de momento sólo lo haga en California y Texas. En California, son de los más baratos y funciona como un seguro tradicional. Pero el seguro que anuncia ahora para Texas (recordemos, su nueva casa), va a ser variable basado en el estilo de conducción del propietario del coche.

Las aseguradoras llevan años hablando de esto, aunque me temo que su presencia es muy modesta. A día de hoy, dependen de un dispositivo adicional que hay que instalar en el coche, y me temo que eso es una barrera importante. Por otro lado, el cínico en mí piensa que probablemente las aseguradoras tampoco quieran empujar mucho. Al final, esos descuentos en las primas no dejarían de ser menos beneficio para ellas.

En el caso de Tesla, toda la tecnología necesaria para hacer la monitorización del estilo de conducción está ya en el coche. De hecho, llevan tiempo pilotando algo llamado Safety Score. Una puntuación basada en 5 factores, la cantidad de alertas de choque por cada 1000 millas, la cantidad de frenados bruscos, giros bruscos, acercarse demasiado al coche precedente y las desconexiones de la conducción autónoma por falta de atención.

Los clientes empiezan todos en 90 puntos, y esta puntuación se va actualizando mensualmente. El precio cambia de esta manera.

La verdad es que me ha sorprendido un poco las reacciones que he oído a este anuncio. La mayoría de ellas se han centrado en temas de datos personales y riegos a la privacidad. En este blog ya hemos dejado muchas veces muy claro que somos bastante aversos al uso indiscriminado y descontrolado de datos personales. Sin embargo, y aunque sin duda hay debate aquí también, no es lo que más nos llama la atención en este tema. De hecho, puestos a debatir, sería interesante hablar sobre el uso actual (muy opaco) que hacen las aseguradoras de los datos que ya tienen nuestros para calcular las primas de nuestros seguros. Pero cómo decía, ese es otro tema.

Porque para este humilde blog, el tema que realmente nos llama la atención, es que Musk está buscando maneras de monetizar los coches. Y es que aunque nos parece normal después de décadas de ese modelo de negocio, los coches prácticamente no se monetizan una vez son vendidos. En otras palabras, para la gran mayoría de coches que se venden, sus fabricantes no vuelven a cobrar un sólo euro durante toda su existencia.

Durante los últimos años con la explosión del «mundo app», muchos fabricantes pensaron que poniendo app stores en sus coches, mágicamente empezarían a tener ingresos adicionales. Todos sabemos que eso no ha llegado a la categoría de peanuts y de hecho, la mayoría de las intentonas que ha habido se han tenido que cancelar.

Pero parece que Tesla tiene muy claro que su futuro pasa por monetizar de forma continua sus coches. Se ha dicho muchas veces, pero esto va de convertir el coche en una plataforma para vender continuamente. Y Musk tiene unas cuantas cosas que está probando.

Además de este seguro variable que utiliza su propio hardware y software para gestionarlo y montar lo que no deja de ser un servicio de suscripción mensual. Ya está disponible desde hace tiempo pagar mensualmente el FSD (sistema de conducción autónoma). Por cierto, BMW habló en su momento de los asientos calefactables.

Parece obvio que la industria del automóvil no escapará de la Disrupción por Servicialización que está sacudiendo industria tras industria. Lo interesante es que hay al menos dos formas de hacer esto, y es difícil decir cuál será la ganadora (lo fácil es decir que probablemente las dos convivan).

La primera es la que podríamos llamar Car-As-A-Service (CaaS). Una vuelta de tuerca a los modelos de renting flexible en el que el usuario sólo paga por lo que utiliza el vehículo. El caso más extremo serían los servicios de carsharing, los cuáles sabemos que no son un gran negocio (de momento). Inicialmente las grandes marcas del sector apostaron por este modelo, pero poco a poco se han ido salido a la vez que las noticias se llenaban con fotos de cementerios de coches de servicios de carsharing que dejaron de funcionar.

Pero luego estaría la opción que está persiguiendo Tesla y que de alguna forma replica la de los teléfonos móviles. Convertir el automóvil en una plataforma para vender todo tipo de servicios y suscripciones. Tesla tiene varias ventajas aquí, sus usuarios son fans y están dispuestos a aceptar estos nuevos modelos de negocio. Algo que por ejemplo es impensable en BMW.

Otra gran ventaja que tiene Tesla es que es el nuevo en la ciudad. Y por lo tanto, no tiene tantos problemas en romper el status quo. Lanzar seguros propios no genera tantos problemas a las aseguradoras cómo si lo hiciera una marca tradicional de automóviles.

Pero es que salvando las distancias, hay más parecidos de los que uno podría pensar a primera vista entre un coche y un teléfono móvil. Son dispositivos caros, con mucha tecnología, y que por lo tanto son difíciles de convertir en servicio 100% por temas financieros y de cash flow. En otras palabras, asumir de arranque la compra de muchos coches para dar el servicio es una inversión de capital muy importante difícil de rentabilizar (cómo por otra parte han demostrado los servicios de carsharing). De hecho, aunque también ha habido alguna intentona de servicializar los móviles, tampoco han tenido mucho éxito.

Así que si saco mi bola de cristal, el futuro será de los fabricantes que sean capaces de monetizar sus coches de forma más intensa. Un nuevo reto para los fabricantes tradicionales de automóviles y todo el ecosistema alrededor.

@resbla

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innovación

Los micropagos llegan a los coches

Cualquiera que siga mínimamente este blog, sabe que aquí somos muy fans de la innovación en los modelos de negocio. De hecho, parece claro que es la innovación que más rentable. Ya hemos hablado varias veces de cómo los autores de los 10 Types of Innovation encontraron datos que así lo corroboran.

Así que cuando leemos noticias sobre empresas que se lanzan a innovar en este sentido, y más, cuando lo hacen desde una posición consolidada dentro de un modelo de negocio tradicional para su sector, nos llama mucho la atención.

Esto ha anunciado BMW hace pocos días, y de esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2020/07/micropagos.mp3?_=3

 

El sector del automóvil no puede decirse que haya innovado mucho en cuanto a su modelo de negocio. Más allá de tipos de financiación que en algunos casos se acercan al pago por uso, y sus incursiones en los modelos de car sharing, no se puede hablar de mucho más. Y eso parece poco para una industria que tiene más de 100 años.

Es curioso también que Mercedes anunciara también hace pocos días que abandonaba su servicio de suscripción. Con este servicio, el usuario pagaba una mensualidad y tenía acceso a una flota de coches que podía ir reservando según sus necesidades. Sin embargo, el hueco que queda para este tipo de servicios entre el alquiler diario y un renting parece que es demasiado pequeño. Hay otras marcas que siguen intentándolo, pero no parece que tenga mucho más recorrido.

Por eso es interesante que BMW (que también está probando con la suscripción) anunciara la semana pasada que va a empezar a implementar los micropagos en sus coches.

El mejor ejemplo de los modelos de negocio basados en micropagos se puede ver en los videojuegos, principalmente en los juegos que son gratis, pero que incluyen estos micropagos para ir accediendo a mejoras o personalizaciones.

Si el mercado de los videojuegos fue de más de 100000 millones de dólares el año pasado, el 80% de esos ingresos vinieron de juegos gratis. De hecho, un juego gratuito, Fortnite, fue el que más facturó con 1800 millones de dólares. Y este año, hay un nuevo líder, pero también gratuito, PUBG.

A pesar de que hace una década algunos pensaban que los micropagos no tenían futuro, ahora es sin duda uno de los modelos de negocio de más éxito. Sin embargo, es importante ver que dónde está funcionando es en entornos dónde hay un «gancho» gratuito (lo estamos viendo también en la prensa digital), para luego pasar a una especie de servicio a la carta donde el usuario elige lo que quiere con pagos individuales. Volveremos sobre esto.

Cuando Andreessen dijo que el software se iba a comer al mundo, se refería también a los coches. En la actualidad, aunque lo más obvio sea la parte de información y entretenimiento, el software es omnipresente, y es lo más importante en los coches. Prácticamente toda la mecánica está ya gestionada por software, y si no que se lo digan a Volkswagen.

En una rueda de prensa la semana pasada, BMW anunció entre otras cosas su visión para el coche conectado, y muy en concreto, la parte de personalización digital bajo demanda. Sin entrar en muchos detalles, BMW dice que empezará a ofertar servicios que se podrán comprar desde el coche y que aumentarán las características del coche después de salir del concesionario sobre todo alrededor del confort y de sistemas de asistencia a la conducción. BMW también habla de cómo esto puede ayudar en el mercado de segunda mano ya que el nuevo propietario del coche podría añadir funcionalidades que no se pusieron de origen.

Parece que en la rueda de prensa se pusieron como ejemplos la opción de asientos calefactables. De esta manera, podrías pagar sólo por ellos durante los meses de más frío. No sería tampoco descabellado el pensar que se pudiera pagar por un nuevo mapa de potencia para el motor para un día que te sientas más deportivo, o cuando quieras ser más ecológico.

Todo esto implicaría que toda la mecánica (ie: hardware) estaría ya ahí, y que se habilitaría o deshabilitaría por software. Esto por un lado tiene la ventaja para el fabricante de que con un sólo modelo de coche (ie: plataforma), tendría en realidad casi un número infinito de opciones para sus clientes. Además, la estandarización traería cierto ahorro de costes, aunque por otro lado, habría mucho hardware que podría no utilizarse nunca y por lo tanto, superfluo.

En realidad, los fabricantes de coches llevan haciendo esto hasta cierto punto desde hace tiempo. Por ejemplo, montando los mismos motores pero cambiando sus rendimientos por software para generar una segmentación de precios y potencia. Esto lo saben bien los fans del chipeo.

Sin embargo, y a pesar de que creo que veremos este modelo de negocio antes o después imponiéndose en los coches, creo que BMW no tendrá mucho éxito (y no quiero quedar retratado como el autor del artículo sobre el mal futuro de los micropagos).

Por un lado, estos coches cargados con todos los extras van a ser un chollo para hackers que sean capaces de activar todos esos extras gratis. Mientras que en entornos 100% de software en la nube, ese hackeo es muy complicado de hacer. Por ejemplo, conseguir una gorra exclusiva para tu personaje de Fortnite sin pasar por caja. La historia nos dice que el hardware siempre hay alguien con tiempo y ganas para hackearlo, y si no, que les pregunten por ejemplo a los fabricantes de consolas o teléfonos móviles.

Pero por otro, y aunque hemos hablado mucho aquí sobre que no todas las disrupciones vienen de la innovación disruptiva de Christensen, en este caso, BMW debería hacerle caso (igual que Mercedes no lo hizo con sus suscripción).

Este tipo de innovaciones funcionan mejor ofertando a clientes sobreservidos opciones de menor coste. En principio los clientes de BMW están sin duda sobreservidos, pero lo hacen muy a gusto por los aspectos emocionales del job-to-be-done.

La propuesta de BMW es a esos clientes que ya están sobreservidos de entrada (con más coche del que necesitan desde un punto de vista funcional), es ofrecerles más servicios a la carta, con lo cual en realidad sólo nos centramos en aspectos funcionales y no emocionales, pero sin tocar de forma radical el precio.

Para que BMW siguiera la estrategia de Christensen, debería ofertar (a ser posible sin marca BMW) un modelo completamente mínimo pero funcional, incluso para ser más radical, con un uso mínimo gratuito, y permitir esos micropagos por las diferentes funcionalidades sobre la marcha.

Esto, por supuesto podría llevarnos a futuros casi distópicos en los que ante un día de lluvia, el fabricante nos ofreciera el ABS y el control de tracción con «precios dinámicos» cómo hace Uber los días de conciertos por la noche.

Estoy seguro que alguien en algún momento ofertará un coche (o medio de transporte) por poquísimo dinero que permita un uso muy básico pero que se pueda ir «enriqueciendo» en base a micropagos. Pero no será BMW.

@resbla

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