Categorías
innovación

El quinto Beatle es la IA

Paul McCartney ha confirmado hace pocos días que los Beatles lanzarán una nueva canción este año. De los Beatles originales sólo sobreviven dos, McCartney y Ringo Starr, pero en este nuevo tema se podrá escuchar a John Lennon. Habrá que empezar a hablar de la Inteligencia Artificial cómo el quinto Beatle.

De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2023/06/los-beatles.mp3?_=1

Hay que recordar que el último material original que publicaron los Beatles fue hace casi 30 años. Los Beatles de entonces (George Harrison aún vivía) acabaron un par de temas que John Lennon grabó en cintas caseras y que Yoko Ono entregó a McCartney en 1994. Esta nueva canción parece que se trata de Now and Then, tema que también estaba en esas cintas caseras pero con muy mala calidad (y que además parece ser que no gustaba a Harrison).

McCartney alucinó con el trabajo que hizo Peter Jackson para Get Back, un documental sobre la grabación de Let It Be. En ese documental ya consiguieron aislar y limpiar la voz de Lennon desde una cinta antigua.

En realidad, McCartney parece que ha cogido el gusto a esto de utilizar tecnología para «resucitar» a sus compañeros de banda (bueno, siempre a Lennon). En su última gira McCartney cantaba algunos temas con él.

Esto de resucitar artistas muertos con tecnología no es nuevo. Que yo recuerde, la primera vez que se hizo esto en el cine, fue en The Crow, después de que su protagonista, Brandon Lee, muriera durante el propio rodaje.

Y en el mundo de la música, hemos visto ya muchas veces estos duetos con artistas fallecidos. Incluso a veces, con hologramas

En todo caso, los Beatles han utilizado la IA para limpiar material ya existente y trabajar con ello. Pero el (grandísimo) elefante en la habitación es qué pasa cuando alguien utilice IA generativa para generar nuevo contenido con el estilo, la voz, e incluso la imagen de alguien fallecido. Ya hablamos en su caso de que a nivel experimental ya había gente haciéndolo.

Aunque hay un paso anterior, que es utilizar IA para hacer contenido nuevo basado en material existente. Una especie de remezcla. Y en algunos casos, ha sido un gran éxito de audiencia. Por ejemplo, alguien se ha creado un clon con IA del músico Drake, y ha sacado ya unas cuantas canciones. Canciones que engañaron a sus propios fans pensando que eran verdaderas, y que además han conseguido millones de reproducciones. La gente ya le llama «Drake AI«.

Las discográficas están como locas intentando parar todo esto en base a los derechos de autor. Pero ahora mismo esto parece intentar ponerle puertas al campo. Eso sí, hay gente que piensa que todo esto es parte de una campaña de promoción.

¿Y qué pasará cuando el contenido sea 100% sintético? Hace pocos meses, Kris Kashtanova, autora de Zarya of the Dawn, anunciaba que había conseguido por primera vez registrar una obra hecha con IA generativa. Las imágenes del comic las había hecho con Midjurney y ella había escrito el texto. Sin embargo, poco después, la oficina de derechos de autor en EEUU cambiaba su decisión y dejaba fuera del copyright las imágenes. Este caso hizo que la propia oficina publicara una aclaración de la norma sobre el registro de obras asistidas por IA en la que deja claro que registrarán obras en las que pueda haber elementos generados por IA pero en el que el trabajo creativo lo haya hecho un humano y especificaba que no registrarán obras creadas 100% a través de un prompt. Cierto es, que al menos para mí que no soy experto, me cuesta entender dónde está la línea…

En la Unión Europea no está claro qué podría pasar ante un caso así. Sabemos que la legislación sobre IA en la que está trabajando la UE está explorando la posibilidad de pedir a las empresas que desarrollan este tipo de tecnología que informen sobre el contenido que utilizaron para entrenar a los sistemas. De esta manera, si este contenido tuviera copyrights, probablemente estos se extendieran a los contenidos sintéticos generados a partir de ellos. Tiene lógica sobre el papel, las implicaciones en el mundo real pueden ser enormes y muy complejas.

Entramos en territorio desconocido en el tema de los derechos de autor cuando la autoría es de una Inteligencia Artificial. Pero estoy seguro que se arreglará de una manera o de otra. Los propios Beatles tienen una larguísima historia de luchas internas y externas por los derechos de autor… En todo caso, creo que podemos decir aquello de que la culpa de todo la tiene Yoko Ono.

@resbla

 

Categorías
innovación

La buena IA

Vuelven los technobits después de la inactividad del verano que sólo rompimos para el tradicional análisis del Hype Cycle 2022. Precisamente de un par de las tecnologías presentes en este Hype Cycle hablaremos hoy, Generative Design IA y Foundation Models y de que quizá están más avanzadas de lo que Gartner dice.

De esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2022/08/IA-creativa.mp3?_=2

 

Sin duda, uno de los temas de los que hemos hablado más últimamente en este blog es de la Inteligencia Artificial. Y lo cierto es que muchas veces lo hemos hecho para hablar de su lado más oscuro, cómo cuando hablamos de LaMDA, una máquina diseñada para engañar a las personas y hacerles pensar que hablan con otra persona y no una máquina.

Pero LaMDA es también un prodigio de la tecnología, y un buen ejemplo de eso que llama Gartner Foundation Models y que están protagonizando una revolución, aún silenciosa, de áreas de conocimiento que hasta hace poco considerábamos exclusivas de los humanos.

Hace poco el New York Times publicaba un artículo titulado «We Need to Talk About How Good A.I. Is Getting» en el que se habla de todo esto. El argumento principal es que vivimos una especie de «verano de la IA» después de una primavera en el que se ha invertido mucho en IA y que ahora estamos recogiendo sus frutos. Por cierto, primavera que vino después de un duro invierno.

El artículo da algunas recomendaciones para llegar a una visión pragmática y realista de la realidad de la IA, lejos del optimismo desbocado de los tecnófilos, pero también lejos de los distópicos. Me parece muy interesante la petición que hace a las empresas que están desarrollando estas tecnologías para ser más transparentes.

Precisamente, sólo empezamos a oír hablar de LaMDA cuando uno de sus desarrolladores decidió contratarle un abogado para su protección. Pero también es cierto que recientemente, y a medida que algunos de estos sistemas han madurado, sus desarrolladores han empezado a dejar que un mayor número de usuarios lo utilicen.

Antes de hablar de algunos de estos ejemplos, conviene hablar de uno de los sistemas más «veteranos» del grupo, DeepMind ha seguido iterando sus Alpha que ya no sólo juegan al StartCraft o al Go, en su versión AlphaFold ha sido capaz de predecir la estructura en tres dimensiones de las 200 millones de proteínas conocidas, algo que se los biólogos moleculares llevaban décadas haciendo una a una.

Y qué decir también de GPT-3 o CoPilot. GPT-3 está ya escribiendo libros completos, en muchos casos colaborando con humanos (entrando en la categoría de Generative Design AI). Y CoPilot (por cierto, basado en GPT-3) está ayudando a centenares de miles de programadores a escribir código en GitHub.

Pero este verano, la protagonista ha sido Dall-e. Si ya nos sorprendieron sus sillas-aguacate, este verano cuando OpenAI abrió su beta a un millón de usuarios, las redes sociales se llenaron con sus creaciones. Cierto es que una gran mayoría de la gente se dedicó a poco más que jugar con Dall-e, pero hay gente que consiguió dibujos muy interesantes. Aquí hay algunos muy chulos, pero en el propio artículo del NYT hay algunos espectaculares.

Hay que recordar que en este paso de abrir Dall-e a tantos usuarios, OpenAI ha abierto también el uso comercial de las imágenes generadas. Esto, que es muy interesante y que abre además las puertas una colaboración entre máquinas y personas más intensa, creo que puede tener unas implicaciones enormes en el mundo de los derechos de autor.

No soy experto, pero leyendo artículos cómo este o este, está claro que estamos ante un momento que definirá el futuro de los derechos de autor y que va a exigir grandes cambios en las normas actuales.

Intentando resumir, partimos de la base de que OpenAI está cediendo los derechos de explotación de las imágenes, pero no los derechos de autor. Esto probablemente se deba a que en muchas partes del mundo, las imágenes generadas por una IA no tienen derechos de autor y se consideran de domino público. Además, Dall-e funciona de dos maneras, una en la que tú a través de texto, describes el dibujo que quieres y el sistema lo genera automáticamente en base a su aprendizaje, y otra en la que tú subes una imagen y le pides al sistema que la retoque. Ahí hay otro potencial problema, si subes una imagen con derechos de autor y la retocas, OpenAI no quiere ninguna responsabilidad sobre eso.

Hilando más fino, tú le puedes pedir a Dall-e que dibuje una escena utilizando Legos, o en el universo de la Guerra de las Galaxias. ¿Qué pasa con esos derechos de autor? Es probable que las compañías propietarias de esos derechos tuvieran algo que decir en el caso de que una imagen generara mucho dinero… o mucha atención.

Pero aún más complicado es el tema del plagio. Dall-e, cómo todas las IA de este tipo, han aprendido viendo millones y millones de imágenes. Muchas de ellas con derechos de autor. Cuándo le dices a Dall-e que dibuje una escena con el estilo de Van Gogh puede hacerlo porque ha visto y analizado todos sus cuadros y su estilo. El caso de Van Gogh es menos problemático, ¿pero qué pasa con un artista vivo? Y aún peor, al haber aprendido viendo imágenes de multitud de artistas, puede que en algún caso determinado el sistema elija el estilo de uno en particular para «dibujar» una petición. ¿Podríamos hablar entonces de plagio?

Aquí hay un interesante artículo sobre el tema, y la visión diferente de dos artistas «plagiados». En uno de los casos Dall-e ha incluso imitado la firma del autor.

Por cierto, todo lo dicho hasta ahora sobre imágenes, es también aplicable a modelos que escriben, y también hay casos de potenciales plagios (y errores).

Lo que está claro es que efectivamente, a pesar también del lado oscuro de la IA, y también de las áreas dónde está un poco atascada, hay actividades en las que está brillando de forma clara y abriendo oportunidades inimaginables hace poco. Sin embargo, también está abriendo melones muy serios, y este de los derechos de autor lo es. Que las máquinas aprendan a dibujar o a escribir puede quitar trabajo a los artistas, pero parece que de momento dará más trabajo a los abogados.

@resbla

Salir de la versión móvil