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Peloton, cuando la suerte se acaba

Una de las startups de más éxito durante los últimos años ha sido Peloton, la startup especializada en aparatos deportivos conectados y contenido. La pandemia, que ha sido desastrosa de muchas maneras para muchas personas y empresas, ha sido una gran oportunidad para algunas empresas con el modelo de negocio adecuado, y sin duda, Peloton era de las que mejor estaba preparada.

Pero por fin la pandemia se está acabando, y parece que con la pandemia la suerte también se le está acabando a Peloton. Sin embargo, no creo que se le pueda echar la culpa al fin de la pandemia. El problema estaba ahí desde el principio.

De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2022/02/peloton.mp3?_=1

 

Cómo Peloton no opera en España, vamos a hablar un poco de su modelo de negocio. La empresa empezó lanzando una bicicleta estática de muy alta gama, más de 2000 dólares que empezó como un proyecto en kickstarter. La gran novedad de esa bicicleta era su gran pantalla. Además, la empresa ofrecía una suscripción mensual para poder acceder a funcionalidades avanzadas de la bicicleta, así cómo a un montón de contenidos. Desde recorridos de rutas ciclistas realistas, a competiciones con otros usuarios, hasta sobre todo, clases en directo con instructores.

La compañía por su puesto ofrecía diferentes maneras de financiación, por lo que el modelo financiación más suscripción significaba ingresos recurrentes durante mucho tiempo, y por lo tanto, fidelización. A los inversores les encantó este modelo de negocio.

La empresa luego lanzó una cinta de correr con la misma filosofía y pronto llegó a convertirse en una empresa de culto. Las clases online más que clases parecían directamente un show de televisión con entrenadores que se convirtieron en estrellas, y tener una Peloton (y utilizarla para mostrarlo en redes sociales) se convirtió en señal de estatus.

Y llegó la pandemia, y la cosa despegó cómo un cohete. Con los gimnasios cerrados y con mucha gente con mucho tiempo libre, tener una bicicleta o cinta Peloton se convirtió en algo casi obligatorio. La empresa llegó a valer casi 50000 millones de dólares, invertía en capacidad propia para fabricación, logística e instalación. Pero aún así, no daba abasto con la demanda.

Llegaban los rumores de compra, lanzaban nuevas líneas de producto para extender la marca (ropa, accesorios deportivos…), y a pesar de algunos errores, problemas con el diseño del producto, y de que la empresa cada vez se convertía más en objeto de mofa por su imagen, parecía imparable.

Pero la pandemia empezó a remitir, y la gente parece que ya no veía con tan buenos ojos el gastarse un dineral para quedarse en casa haciendo deporte. Las ventas bajaron drásticamente, el stock empezó a subir, y los enormes gastos que traían todas las operaciones que habían internalizado durante la parte de demanda explosiva ya no eran soportables. Además, los instructores, convertidos en verdaderas estrellas, exigían cada vez sueldos más altos para no irse a la competencia, o peor, montarse el negocio por su lado.

Porque sinceramente, creo que ese era el problema de inicio. Aunque la combinación de un producto tecnológicamente avanzado con un modelo de suscripción (y financiación) a contenidos parecía imbatible, el modelo de negocio de Peloton tiene pocas barreras de entrada.

Quizá es soy poco glamouroso, pero si uno puede conseguir una solución parecida mucho más barata, al final, es imposible mantener un modelo de negocio cómo este a largo plazo. Por mucho que su fundador (y ya ex-CEO) se comparara constantemente con Apple, la realidad es que hay un límite para lo que se puede mejorar una bicicleta de spinning… Es imposible sacar un modelo nuevo cada dos años y conseguir que un gran porcentaje de tus usuarios se actualice al nuevo modelo.

Pero es que además, si la pantalla para consumir contenidos es importante, no es tan complicado ponerle a cualquier bicicleta una… de hecho, la mayoría de la gente tiene bastantes pantallas en su casa para poner cerca de una bicicleta estática.

Y efectivamente, el contenido es clave. ¿Pero está tan intrínsecamente unido el contenido al dispositivo? Es decir, ese mismo contenido (clases de spinning), ¿es inútil en una bicicleta que no sea peloton? Por supuesto que no. ¿El contenido mejora por utilizar una Peloton? De otra manera, ¿las clases de spinning de Peloton son menos satisfactorias con otra bici? Parece que tampoco.

Durante la pandemia ha habido un boom de clases deportivas online a través de contenidos gratuitos y de pago, y está aquí para quedarse. Y esas clases funcionan igual de bien en una Peloton que en otras marcas.

Así que más allá de que la gente ya no está encerrada en casa y tenga muchas opciones para hacer deporte, hay muchas alternativas a Peloton en ese segmento de deporte en casa de alto rendimiento y social (si podemos definirlo así pensando en el job-to-be-done)

Sé que ahora es un poco ventajista decir esto, también que otros dirán que los inversores que acudieron a la IPO han ganado bastante dinero, por no hablar de los VCs que participaron en las primeras rondas. Pero aún así, Peloton me parece una oportunidad perdida.

Decíamos que uno de sus fundadores y CEO hasta hace poco ha tenido que dimitir, aunque sigue manteniendo el control de la compañía, eso sí, no antes sin anunciar el despido de un tercio de la plantilla.

Algo ha tenido que ver en esa renuncia la beligerancia de algunos inversores. Uno de los más ruidosos ha sido Blackwells Capital, que incluso ha publicado una (interesante) presentación con recomendaciones. Su lectura es muy recomendable para entender un poco mejor la compañía, pero creo que a pesar de la crítica, es demasiado optimista.

Muchas startups confunden crecimiento explosivo con la existencia de un mercado más grande del que realmente hay. Y eso parece pasarle también a Blackwells que considera en su presentación que Peloton sólo ha rascado la superficie de un mercado enorme. El mercado del fitness es enorme, pero el mercado del fitness doméstico es menor, y el mercado del fitness doméstico de altísima gama es mucho menor. No se puede montar una empresa de Ferraris y querer vender los mismos que Volkswagen.

La decisión para empresas cómo Peloton es si quieren quedarse como una empresa de nicho que potencialmente sea enormemente rentable pero de tamaño limitado, o quieren ser una empresa enorme con cientos de millones de usuarios. Los caminos para cada uno de esos resultados son muy diferentes.

Personalmente, si quisiera seguir el segundo camino me centraría en el contenido y no en los dispositivos. Haría el contenido multiplataforma, quizá con alguna funcionalidad o contenido premium para los usuarios de mis dispositivos, pero buscando con más foco más consumidores de contenido que clientes de máquinas Peloton.

Las recomendaciones de Blackwells parecen una carta a los Reyes Magos. Y es que Peloton es carísima incluso a los precios actuales para lo que realmente ofrecen diferencial, sus usuarios. Sus dispositivos y contenidos son fácilmente replicables. ¿Cuánto le constaría a Netflix montar una oferta similar a la de peloton? Mucho menos que comprando peloton…

Veremos qué pasa ahora con un nuevo CEO especialista en el mundo de los contenidos digitales y suscripción (viene de Spotify y Netflix) y seguramente con poco cariño por los dispositivos. En todo caso, Peloton será un gran ejemplo de empresa que vio muy bien la oportunidad, tuvo su cisne negro que la catapultó a las estrellas, pero que dejó pasar esos años de bonanza para fortalecer su posición y prepararse para lo que iba a venir.

@resbla

PD: Por cierto, la semana pasada no pude escribir post, pero eso no significa que no hubiera technobits. Por si lo quieres escuchar, nos preguntamos si el problema del metaverso es la realidad virtual y si hay una versión en 2D.

https://resbla.com/wp-content/uploads/2022/02/meta-vr.mp3?_=2
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innovación

Amazon Day 1 Editions, crowdfunding a lo bestia

El crowdfunding ha sido siempre una de las «niñas bonitas» de la innovación. Cualquier presentación con ejemplos sobre formas innovadoras de lanzar nuevos productos siempre incluye ejemplos de micromecenazgo. La realidad, es que más allá de pelotazos únicos, no hay muchos ejemplos de proyectos que hayan generado gran impacto. Sin embargo, esto puede cambiar rápidamente.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2021/02/amazon-day-1.mp3?_=3

 

Amazon acaba de anunciar una evolución de su programa Day 1 Editions que se llama Build It. Si en Day 1 Editions se lanzaban productos innovadores de forma limitada con el objetivo de recibir opiniones de un grupo reducido de usuarios (se necesitaba una invitación para comprar los productos), en Build It hablamos de un modelo de crowdfunding muy parecido al de sitios como Kickstarter.

De momento han lanzado tres productos que se conectan a Alexa, un reloj, una báscula y una impresora. A día de hoy, y a falta de un mes para el fin de la campaña, la impresora ya ha cumplido el objetivo, pero dudo que los otros dos no lo consigan. Eso sí, Amazon no da datos sobre unidades objetivo, sólo un porcentaje.

En lo demás, funciona igual que Kickstarter. Si se llega al objetivo se fabrica y los compradores iniciales tienen un descuento sobre el precio final. Si no se llega, pues el diseño se descarta.

Kickstarter e Indiegogo son las dos referencias en el micromecedazgo a nivel mundial. El crowdsourcing es un ejemplo de innovación abierta que permite validar una idea y llevarla a ejecución muy rápidamente ya que los que apoyan el proyecto lo hacen adelantando el dinero. Esto elimina cierto riesgo para los que proponen el proyecto.

Siempre ha sido uno modelo muy utilizado como ejemplo «disruptor» de innovación abierta. Sin embargo, si miramos los mayores éxitos en campañas de crowdsourcing, creo que los resultados son bastante modestos.

Pebble, pionera en relojes inteligentes, aparece varias veces entre las campañas más exitosas y grandes, sin embargo la empresa ya no existe y sólo vivió durante 4 años. Y la verdad, es que el volumen de dinero aportado a proyectos en Kickstarter está lejos de seguir una curva exponencial.

El problema de todos estos proyectos de micromecenazgo, incluso aquellos exitosísimos, es que tienen el producto antes que la empresa, y más importante, el modelo de negocio. Depender de sólo un producto, significa que no hay posibilidad de equivocación. Si tu segundo producto no vuelve a ser otro éxito, la empresa es difícil que sobreviva.

Sin embargo, en el caso de Buit It, por supuesto esto no es así. Poco hay que decir de Amazon, pero es obvio que ya tienen muy claro la cadena de suministro empezando por el OEM que les fabricará esto, y una máquina colosal de marketing, venta y distribución. Amazon puede permitirse muchos fallos para encontrar un diamante en el barro, y esta es la gran diferencia.

Me atrevo a aventurar que esto será un éxito para Amazon a largo plazo y que en breve muchas empresas se preguntarán, ¿por qué no lo hicimos antes?

Hay muy pocos ejemplos de crowdfunding en grandes empresas. Xiaomi o Sony son dos ejemplos, pero son bastante limitados, y en el caso de Sony, es más un marketplace en el que terceros colocan sus proyectos que para productos exclusivamente propios.

Otro ejemplo muy famoso, pero que tampoco es igual que el de Amazon, es Lego Ideas. En este caso, los fans proponen diseños a Lego que si llegan a un suficiente número de apoyos, la compañía puede llegar a producir.

Así que me voy a permitir la licencia de responder a por qué no hay más empresas haciendo esto y por qué creo que lo de Amazon va a ser crowdfunding a lo bestia.

Poco es más sagrado para una empresa que su desarrollo de producto, y es muy razonable. Para empresas exitosas con tradición de productos novedosos e innovadores, su desarrollo de productos es fuente de orgullo, pero este orgullo es fácil que se vuelva en soberbia.

No hay nada más «humillante» para un equipo de producto de una empresa que el que les digan que van a empezar a traer ideas de producto de fuera. Además, integrar los diferentes procesos, es más complicado de lo que parece. Así que resumiendo mucho, para empresas muy orientadas a producto el crowdfunding nunca ha sido una opción interesante.

Pero ahora tenemos una empresa como Amazon, que no puede ser más «despegada» con los productos. Una empresa que juega a la long tail, con cada vez más peso en una marca blanca «muy blanca», y para nada obsesionada por encontrar productos que sean un pelotazo. Además, con una estrategia muy a largo plazo de convertir a Alexa en el centro de los hogares digitales.

Y esto de Alexa es muy importante. Después de pasar rápidamente la fase de los early adopters, todos los fabricantes detrás de los asistentes digitales están buscando maneras de hacer más aceptable estos asistentes y «esconderlos» en dispositivos no exclusivamente dedicados a ellos. ¿Y qué mejor forma de entender qué es aceptable para los usuarios que sean ellos mismos quien nos lo valide?

De momento Amazon no ha lanzado en España Build It, así que me quedo con las ganas de comprar uno de ellos… Y fijaros, soy anti-asistentes digitales pero metería uno de esos chismes alegremente en mi casa. Pero estoy seguro de que estos tres primeros dispositivos son los primeros de muchos.

@resbla

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negocios

Apple se lanza a la Batalla de los Mapas 4.0 a por Google Maps

Seguramente no mucha gente es consciente de que se está gestando una batalla por el control de la nueva generación de mapas, mapas que vendrán a sustituir al verdadero y único estándar de los mapas digitales que utilizamos en la actualidad en nuestros móviles, Google Maps. Y Apple, se lanza a la batalla.

De esto hablamos en el #techno-bits de Capital Radio de esta semana con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2018/07/mapas-apple.mp3?_=4

 

Hace muy pocos días saltó la noticia de que Apple estaba reconstruyendo, prácticamente desde cero, su aplicación de mapas, Maps.

La aplicación ha sido siempre considerada un desastre, y desde que Google lanzó su versión de su Google Maps para iOS, incluso los más accérrimos usuarios de Apple empezaron a utilizar la solución de su archienemigo.

Y es que los mapas, que parecían un comodity de poco valor, se han revelado ser muy importante en la actual economía digital. Google Maps se ha convertido en una plataforma para muchos apps, su servicio de geolocalización es básico para muchas otras, e incluso, se ha convertido en un lugar donde se realizan muchas búsquedas que no pasan nunca por un navegador web.

No se habla mucho de eso, pero se puede decir sin exagerar que una parte importante de culpa de la posición dominante que ocupa Google ahora viene por ser el estándar de facto en los mapas.

Y es también otra historia de otra industria disrumpida por las empresas de internet. Empresas como Garmin y tomtom dominaban la industria de los GPS (y los mapas) antes de que los smartphones acabaran con los dispositivos dedicados. Y ellos no sólo dominaban el dispositivo y la tecnología, también dominaban los mapas.

Pero Google se adelantó a todos ellos (a Apple también) identificando que por supuesto utilizaríamos el móvil (también) para esto, pero sobre todo, dándose cuenta que la gente querría muchos más detalles en los mapas que información relacionada sólo con el tráfico. Negocios, lugares peatonales, incluso lugares bajo techo (indoor), y algo muy revolucionario en su momento, la vista a nivel de calle (street view)

Muy pronto Google se dio cuenta de que no podía depender de mapas de terceros, e hizo algo bastante arriesgado en su momento, lanzarse a hacer los mapas con una flota de coches propios con un nivel de detalle no visto hasta entonces.

También desde muy pronto Google utilizó el crowdsourcing para sus mapas. Al principio enriqueciéndolos con imágenes de usuarios a través de Panoramio, pero luego incluyendo información de tráfico en tiempo real suministrada por los móviles de los usuarios automáticamente.

En la reconstrucción de Maps que ha anunciado Apple va a haber mucho de todo esto. Mapas más detallados, mucha información incorporada por los propios usuarios, y mucha información sobre negocios y áreas más allá de las calles e incluso se rumorea como gran novedad algo similar al Street View.

Pero una cosa de la que también han hablado es de que van a trabajar mucho en que la nueva versión de maps tenga modelos en 3 dimensiones de los mapas muy detallados.

A nadie se le escapa que este renovado interés por los mapas viene por el advenimiento de los coches autónomos. Es obvio que esa nueva realidad a la que vamos necesitará de mapas mucho más detallados de los que tenemos, pero sobre todo, mapas actualizados en un tiempo real de verdad. Mapas que contengan información de obstáculos y cambios temporales en las carreteras que ayuden a los coches autónomos a tomar decisiones. Y esa información no vale solo en dos dimensiones, los coches autónomos necesitarán también información en tiempo real de las carreteras en 3 dimensiones.

Sin embargo, aunque nadie lo dice todavía, lo de los mapas tiene aún más recorrido. Hace unos días participé en uno de los ensayos que organiza CDTI para ayudar a los finalistas españoles para la Fase II del Instrumento PYME de la Comisión Europea. Entre las startups a las que ayudamos, una que está especializada en mapas hiperdetallados en 3D, su objetivo, coches autónomos, pero incluso aún más los drones.

Y es que es razonable imaginarse drones autónomos volando por nuestras ciudades entregando paquetería, y ellos también van a necesitar esos mapas.

Así que el premio para el que gane esta guerra de los mapas y se establezca como el estándar de los mapas 4.0 será enorme. La batalla será interesantísima.

@resbla

 

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