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La DGT quiere su Google Maps

Es probable que nadie se haya dado cuenta (ni echado en falta) que este blog lleva unas semanas de inactividad. Y eso a pesar de que los technobits han seguido fieles a su cita de cada semana en Capital Radio.

Pero se han juntado dos cosas. Por un lado sigo en estado de shock ante la realidad de que en pleno siglo XXI se pueda estar produciendo una guerra imperialista y colonizadora en plena Europa. Esto de hecho a absorbido mucha de mi atención estas últimas semanas. De hecho, muchos de los últimos technobits han girado alrededor del uso de tecnología en la guerra, pero dado no quería trivializar temas tan serios, he decidido que era mejor no escribir sobre ello.

Además, he cambiado de trabajo. Hace muy pocas semanas me he incorporado a Ultimaker, el líder mundial en impresoras 3D profesionales, y cómo os podéis imaginar, ando un poco liado.

Pero bueno, creo que va siendo momento de recuperar la costumbre de escribir en el blog, y a pesar de que la guerra sigue estando ahí sin ningún ápice de menor barbarie, creo que también es bueno mirar a otras cosas que pasan.

Esta semana saltaba a las noticias el Pliego de Prescripciones Técnicas para la Plataforma del Vehículo Conectado DGT 3.0 dotado con casi 4 millones de euros. De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2022/06/dgt-30.mp3?_=1

 

Este pliego es un paso importante dentro del plan DGT 3.0 (supongo que pensaron que DGT 3.0 era más moderno que eDGT) anunciado hace un año. El objetivo según se lee en la introducción del pliego es la «utilización de una plataforma tecnológica que permita mantener conectados en tiempo real a los distintos usuarios de la vía ofreciéndoles, en todo momento, información del tráfico en tiempo real y permitiendo así lograr una movilidad más segura e inteligente».

La DGT quiere aprovechar los datos que se generan a través de apps ya existentes por los usuarios de las carreteras, pero sobre todo, los datos que generarán de forma autónoma los coches y sistemas de seguridad. Algunos de los ejemplos que cita la DGT es cómo los coches podrán dar un aviso de que se han activado los limpiaparabrisas por lluvia, o cómo las nuevas balizas de emergencia V16 darán el aviso de que se han activado y por lo tanto sus propietarios necesitan ayuda antes de que éstos puedan siquiera avisar al 112.

Con toda esta información la DGT espera tomar decisiones en tiempo real que ayuden a la circulación, y compartir todos esos datos con los diferentes sistemas conectados para que también conductores (y vehículos) puedan tomar sus propias decisiones.

La DGT se intenta adelantar a los más que obvios reparos sobre privacidad. En el pliego la DGT pide que los datos se anonimicen, sean los menos posibles, y que se disocie la información de conductores y ocupantes de la del vehículo.

Todo esto a priori suena muy bien. La DGT intentando mejorar la seguridad de los usuarios de las carreteras. Pero quizá soy demasiado quisquilloso, veo dos grandes problemas en este proyecto.

Para empezar, esto que la DGT llama DGT 3.0 ya existe, y de hecho existen versiones mejores y más completas que lo que quiere construir la DGT. Una de ellas se llama Google Maps y existe desde hace 17 años.

Google Maps no sólo es una «plataforma tecnológica que plataforma tecnológica que permita mantener conectados en tiempo real a los distintos usuarios de la vía ofreciéndoles, en todo momento, información del tráfico en tiempo real y permitiendo así lograr una movilidad más segura e inteligente», sino que hace predicciones (que comparte con sus usuarios), ofrece alternativas, permite a sus usuarios compartir información sobre el estado de las vías, y además añade información sobre alternativas al coche y demás servicios disponibles cómo parkings, restaurantes, etc…

Uno se pregunta si no sería más sencillo, rápido y barato si la DGT utilizara Google Maps. No creo que Google (y el resto de aplicaciones similares) tarde mucho en incorporar los datos que compartan coches y demás elementos de seguridad. De hecho, si tuviera que apostar algo, estoy seguro de que los fabricantes de automóviles intentarán que sus sistemas se integren antes con Google Maps que con la DGT 3.0. Así que no tengo muy claro la utilidad adicional que la DGT sacará de tener una plataforma propia, salvo que el objetivo sea otro, claro.

Y luego está el tema de la privacidad. Cómo demostró el New York Times hace unos años, es muy sencillo «desanonimizar» datos anónimos sobre traslados cómo los que quiere gestionar la DGT 3.0. El NYT consiguió monitorizar los movimientos del presidente de EEUU con esos datos, así cómo el diferentes altos cargos de seguridad.

En realidad, es bastante sencillo. Si mezclas información pública, información sobre una persona en concreto que bien puede ésta compartir a través de sus redes sociales, la prensa cómo en el caso del presidente de EEUU, o simplemente su lugar de trabajo, con información sobre movimientos anónimas pero que llevan asociados la hora a la que ocurren, no hace falta mucho más para asociar nombres a movimientos. Esto además significa exponer no sólo los traslados públicos, sino que luego es muy sencillo también identificar los movimientos que se supone que son privados.

En definitiva, por mucho que la DGT nos prometa que los datos serán anónimos, alguien con acceso a esos datos tendría muy sencillo «desanonimizarlos». Además, en ningún sitio se dice que habrá una opción de denegar el acceso a tus datos a la DGT 3.0, algo que sí que es posible con Google Maps por ejemplo.

Y aquí entramos en un debate interesante. ¿Por qué compartimos nuestros datos «alegremente» con Google y deberíamos tener reparos para hacerlo con la DGT?

Se me ocurren varias respuestas, algunas incluso para defender que la DGT tendría que tenerlos por delante de Google… Pero por resumir, por lo que sabemos del proyecto, la DGT 3.0 está más pensado para ayudar en la gestión a un burócrata que en generar valor individual a sus usuarios. No infravaloro el que nos pueda avisar de atascos, accidentes y demás. Pero es que eso ya lo tenemos…

Además, soy consciente de los riesgos que corro al compartir mis datos con empresas como Google. Pero compartirlos además con otra organización, organización que además no tiene ninguna obligación de rendir cuentas con sus usuarios (si Google Maps me defrauda, siempre puedo cambiarme de proveedor o desconectarme), es añadir otro eslabón a la cadena que además parece más débil que los otros.

Así que de nuevo, quizá soy muy pejiguero y quisquilloso, pero no me gusta el proyecto DGT 3.0

@resbla

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Los seguros de Tesla y la monetización de los coches

Tesla acaba de anunciar un seguro variable en base al estilo de conducción de su propietario. No son los primeros, pero sí la primera marca de automóviles que lo hace (cierto es que Toyota tiene algo parecido). Leo a mucha gente preocupada (con razón) por la utilización de los datos personales que permite esto, pero sinceramente, creo que el juego de Tesla es otro. ¿Han pensado lo poco que monetizan los coches sus fabricantes?

De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2021/10/seguros-tesla.mp3?_=2

 

Tesla lleva tiempo ofreciendo seguros para sus coches, aunque de momento sólo lo haga en California y Texas. En California, son de los más baratos y funciona como un seguro tradicional. Pero el seguro que anuncia ahora para Texas (recordemos, su nueva casa), va a ser variable basado en el estilo de conducción del propietario del coche.

Las aseguradoras llevan años hablando de esto, aunque me temo que su presencia es muy modesta. A día de hoy, dependen de un dispositivo adicional que hay que instalar en el coche, y me temo que eso es una barrera importante. Por otro lado, el cínico en mí piensa que probablemente las aseguradoras tampoco quieran empujar mucho. Al final, esos descuentos en las primas no dejarían de ser menos beneficio para ellas.

En el caso de Tesla, toda la tecnología necesaria para hacer la monitorización del estilo de conducción está ya en el coche. De hecho, llevan tiempo pilotando algo llamado Safety Score. Una puntuación basada en 5 factores, la cantidad de alertas de choque por cada 1000 millas, la cantidad de frenados bruscos, giros bruscos, acercarse demasiado al coche precedente y las desconexiones de la conducción autónoma por falta de atención.

Los clientes empiezan todos en 90 puntos, y esta puntuación se va actualizando mensualmente. El precio cambia de esta manera.

La verdad es que me ha sorprendido un poco las reacciones que he oído a este anuncio. La mayoría de ellas se han centrado en temas de datos personales y riegos a la privacidad. En este blog ya hemos dejado muchas veces muy claro que somos bastante aversos al uso indiscriminado y descontrolado de datos personales. Sin embargo, y aunque sin duda hay debate aquí también, no es lo que más nos llama la atención en este tema. De hecho, puestos a debatir, sería interesante hablar sobre el uso actual (muy opaco) que hacen las aseguradoras de los datos que ya tienen nuestros para calcular las primas de nuestros seguros. Pero cómo decía, ese es otro tema.

Porque para este humilde blog, el tema que realmente nos llama la atención, es que Musk está buscando maneras de monetizar los coches. Y es que aunque nos parece normal después de décadas de ese modelo de negocio, los coches prácticamente no se monetizan una vez son vendidos. En otras palabras, para la gran mayoría de coches que se venden, sus fabricantes no vuelven a cobrar un sólo euro durante toda su existencia.

Durante los últimos años con la explosión del «mundo app», muchos fabricantes pensaron que poniendo app stores en sus coches, mágicamente empezarían a tener ingresos adicionales. Todos sabemos que eso no ha llegado a la categoría de peanuts y de hecho, la mayoría de las intentonas que ha habido se han tenido que cancelar.

Pero parece que Tesla tiene muy claro que su futuro pasa por monetizar de forma continua sus coches. Se ha dicho muchas veces, pero esto va de convertir el coche en una plataforma para vender continuamente. Y Musk tiene unas cuantas cosas que está probando.

Además de este seguro variable que utiliza su propio hardware y software para gestionarlo y montar lo que no deja de ser un servicio de suscripción mensual. Ya está disponible desde hace tiempo pagar mensualmente el FSD (sistema de conducción autónoma). Por cierto, BMW habló en su momento de los asientos calefactables.

Parece obvio que la industria del automóvil no escapará de la Disrupción por Servicialización que está sacudiendo industria tras industria. Lo interesante es que hay al menos dos formas de hacer esto, y es difícil decir cuál será la ganadora (lo fácil es decir que probablemente las dos convivan).

La primera es la que podríamos llamar Car-As-A-Service (CaaS). Una vuelta de tuerca a los modelos de renting flexible en el que el usuario sólo paga por lo que utiliza el vehículo. El caso más extremo serían los servicios de carsharing, los cuáles sabemos que no son un gran negocio (de momento). Inicialmente las grandes marcas del sector apostaron por este modelo, pero poco a poco se han ido salido a la vez que las noticias se llenaban con fotos de cementerios de coches de servicios de carsharing que dejaron de funcionar.

Pero luego estaría la opción que está persiguiendo Tesla y que de alguna forma replica la de los teléfonos móviles. Convertir el automóvil en una plataforma para vender todo tipo de servicios y suscripciones. Tesla tiene varias ventajas aquí, sus usuarios son fans y están dispuestos a aceptar estos nuevos modelos de negocio. Algo que por ejemplo es impensable en BMW.

Otra gran ventaja que tiene Tesla es que es el nuevo en la ciudad. Y por lo tanto, no tiene tantos problemas en romper el status quo. Lanzar seguros propios no genera tantos problemas a las aseguradoras cómo si lo hiciera una marca tradicional de automóviles.

Pero es que salvando las distancias, hay más parecidos de los que uno podría pensar a primera vista entre un coche y un teléfono móvil. Son dispositivos caros, con mucha tecnología, y que por lo tanto son difíciles de convertir en servicio 100% por temas financieros y de cash flow. En otras palabras, asumir de arranque la compra de muchos coches para dar el servicio es una inversión de capital muy importante difícil de rentabilizar (cómo por otra parte han demostrado los servicios de carsharing). De hecho, aunque también ha habido alguna intentona de servicializar los móviles, tampoco han tenido mucho éxito.

Así que si saco mi bola de cristal, el futuro será de los fabricantes que sean capaces de monetizar sus coches de forma más intensa. Un nuevo reto para los fabricantes tradicionales de automóviles y todo el ecosistema alrededor.

@resbla

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Los servicios cloud, otra oportunidad perdida para Europa

No es una sorpresa para nadie que el negocio de servicios digitales en la nube se haya disparado con la pandemia. Pero la realidad, es que el crecimiento estaba siendo exponencial desde antes. Desgraciadamente, y aunque a priori se podía haber pensado que en esto Europa podía jugar un papel importante, es otra batalla digital que hemos perdido.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2021/01/cloud.mp3?_=3

 

Para empezar, y que me perdonen los expertos, voy a intentar explicar brevemente y de la forma más sencilla posible de qué hablamos cuando hablamos de servicios digitales en la nube particularmente cuando hablamos de servicios profesionales. Estos son los tres más importantes en cuanto a facturación:

  • IaaS (Infraestructura como Servicio): El proveedor cloud oferta recursos físicos (almacenamiento, conectividad, procesamiento) que los clientes deben gestionar, ocupándose el proveedor de su mantenimiento físico.
  • PaaS (Plataforma como Servicio): En este caso, el cliente no tiene acceso a los recursos de infraestructura sobre los que corren los servicios que son enteramente gestionados por el proveedor. El cliente accede a servicios que le permiten desplegar aplicaciones y ponerlas en funcionamiento.
  • Hosted Private Cloud (Nube Privada Alojada): En este caso, la infraestructura física que tradicionalmente estaba en las instalaciones de la empresa para su uso propio y único, están en las instalaciones de un tercero que se encarga de proveer el espacio, servicios, y mantenimiento físico para esos servidores que son de la empresa propietaria de la nube privada.

Pues bien, la facturación por este tipo de servicios a nivel mundial se ha disparado y lleva creciendo por encima del 30% desde hace varios trimestres. Sin datos de Q4, es razonable pensar que ya esté en los 40000 millones de dólares a nivel global.

¿Y qué pasa en Europa? Lo primero es que aunque el porcentaje del negocio global que se hace en Europa es mayor que el peso de su economía en el PIB mundial, no es tanto como a priori se podría esperar. Si el PIB de la UE pesa el 16% de la economía mundial, el negocio cloud que se factura en Europa son casi 7000 millones de dólares, lo que representa un 19% del total. Uno a priori habría pensado que debería aún ser mayor.

Pero lo realmente llamativo es que los proveedores europeos llevan desangrándose en cuanto a cuota de mercado, principalmente contra sus competidores americanos. Hace cuatro años su cuota de mercado era del 25%, ahora es del 15%. Por ponerlo en perspectiva global, estamos hablando que los proveedores europeos no llegan ni siquiera al 3% de cuota de mercado. Tremendo.

Se lleva hablando mucho tiempo de que esta industria se iba a consolidar rápidamente, y efectivamente, lo está haciendo. Entre los tres grandes, Amazon, Microsoft y google acumulan casi el 60% del negocio a nivel mundial, mientras que en Europa llegan al 66%.

Pero seguramente este no es el tipo de consolidación que se esperaba en Europa, dónde además se partía con la ventaja de tener grandes operadoras de telecomunicaciones que se anticipaba que jugarían un importante papel en este negocio. Precisamente es una telco la que lidera el ranking de proveedores europeos con un mísero 2%, Deutsche Telekom, probablemente ilustrando muy bien cómo las telcos europeas han perdido el tren.

Y no será porque por activa y por pasiva han dicho que querían jugar un papel importante en este mercado, pero la realidad es muy tozuda. Esta industria ha crecido a base de fuertes inversiones de capital, y para las telcos ahogadas por las deudas, ha sido imposible seguir el paso.

De hecho, muchas telcos, y Telefonica es un buen ejemplo de ello, quisieron salir de su negocio tradicional de bajo margen y alta competencia invirtiendo fuertemente en contenido. Si AT&T compró DirectTV, Telefonica lo hizo en Canal+. Una estrategia que con la llegada de las plataformas de streaming se ha convertido en desastrosa. Y todo eso lo hicieron acumulando aún más deuda, más dificultades para seguir el ritmo de inversión de las grandes en este sector.

Así que lo que les ha quedado a los proveedores europeos es jugar una estrategia de nicho, sobre todo centrándose en servicios en los que la localización fuera importante, normalmente por motivos legales. El problema es que entre los 3 grandes proveedores americanos, ya tienen 67 hyperscale data centers en Europa, así que es muy difícil mantener que estos proveedores no son suficientemente «europeos». Estos son sólo los de Microsoft (Azure):

Siendo realistas, hay ya muy poco que hacer. El tren se fue hace mucho tiempo. Eso no quita, que ante la magnitud del descalabro, se hayan intentado poner parches a la situación. Uno de ellos es GAIA-X, una iniciativa en principio liderada por el gobierno alemán y francés al que se han ido sumando otras países europeos.

La iniciativa no se esconde en cuanto al objetivo de defender la industria europea. Sin embargo, teniendo en cuenta que muchos de los estándares de la industria ya están fijados, y que como decíamos antes, los tres grandes invierten muchísimo en Europa, es difícil dejarles fuera de ella. De hecho, como se habla en este post, representantes de las grandes empresas americanas ya están dentro de la iniciativa, y el autor explica como en el pasado, estas iniciativas no sólo no han evitado la invasión, sino que al final se convirtieron en Caballos de Troya para aún afianzar más sus posiciones.

Así que creo que no es exagerado decir que esta ya es una batalla perdida (otra más) para la industria digital europea. Poca solución tiene, así que lo más normal es que sigamos viendo más consolidación y más crecimiento de los grandes.

No tienen muchas alternativas los jugadores europeos dado la escala que ya tienen sus competidores, sobre todo si pensamos en esta generación de servicios cloud, y seguramente, también los siguientes. Se seguirán centrándose aún más en sus nichos, habrá fusiones, seguirán jugando la carta local en algunos usos muy concretos, pero les será muy complicado competir cara a cara con lo grandes. Este es un mercado que paradójicamente está muy comoditizado, y por lo tanto, las economías de escala son fundamentales.

Habrá que ver si se abren oportunidades en las siguientes generaciones de servicios cloud, los cuales es probable que cada vez sean más verticales y especializados. Servicios relacionados con el edge e IoT, conducción autónoma, biotecnología, aeroespacial…

Hay que recordar que esto no es sólo dramático por perder el negocio que genera la industria propiamente dicha, sino que esta es una industria con mucho arrastre y con una generación importantísima de conocimiento. No deberíamos perder la siguiente ola.

@resbla

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