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Opinión de un hater de Apple sobre las Vision Pro

Aunque realmente no quería, me ha sido imposible no hablar del lanzamiento de las Apple Vision Pro. Tampoco es que nadie me lo haya pedido, pero la noticia, no por ya descontada hace tiempo, no deja de ser inevitable.

La realidad es que ante este tipo de noticias de tamaño planetario es difícil no repetir lo que ya han dicho cientos de veces antes otras personas (normalmente más cualificadas además), pero después de ya varios días, y de haber leído bastantes opiniones al respecto, hay una cosa que no he leído y que me parece clave en lo que creo que será el fracaso comercial de las Apple Vision Pro.

De todo esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2023/06/apple-vision.mp3?_=1

Creo que hoy en día la gente moderna me llamaría hater de Apple. En realidad, estoy muy lejos de ello. Tengo amigos cercanos que trabajan en Apple, y no puedo tener más admiración por la compañía (siempre recomendable ver Pirates of Silicon Valley). Creo además que a pesar de que casi todo el mundo se centra en la tecnología, la verdadera base de su éxito ha sido la innovación en los modelos de negocio que ha ido introduciendo a medida que lanzaba nuevos productos.

Pero por mucho que admire a la compañía, aborrezco sus productos. En realidad aborrezco todos menos los iPod (los clásicos eso sí), el único producto que he utilizado felizmente durante mucho tiempo, eso sí, no tocando ni con un palo iTunes (esto me daría para un libro, pero sólo diré que humildemente pienso que debería considerarse malware).

En todo caso, ya saben que la mejor forma de combatir los sesgos propios es reconocerlos, así que al menos puedo decir que soy plenamente consciente de este.

Todo este rollo en realidad es para explicar que alguno de los motivos del éxito de los productos de Apple es precisamente lo que me hace aborrecerlos. Y esto es lo que voy a utilizar para explicar por qué creo que las Apple Vision Pro fracasarán comercialmente. Personalmente, creo que cuando los productos de Apple cumplen 4 condiciones han tenido siempre éxito. Vamos a ver si estáis de acuerdo…

La primera es que nunca son los primeros en llegar. Lo del first-mover advantage, no va con ellos. Apple es más de ser un copión aplicado que mejora los productos de los pioneros. No fueron los primeros con las tabletas, ni con los móviles, ni con los reproductores de mp3… Pero se aseguraron de llegar cuando consideraron que existía mercado en cada una de las categorías, y lo hicieron aprendiendo de los pioneros.

Recuerdo mis primeros reproductores mp3 antes del iPod. El primero era de un tamaño ridículo (32mb), y cuando conseguí comprar uno de un tamaño más decente, la velocidad de cambio entre canciones era realmente frustrante además de que su UX era pésima. Apple precisamente invirtió mucho en esto. Más allá del tema de iTunes y mi profundo odio hacia ese software, sin duda puso al alcance de mucha gente el poder utilizar archivos digitales. Pero volviendo a los puntos anteriores, los primeros iPods tenían gran capacidad, su UX era intuitivo (os acordáis de la rueda?), y eran rapidísimos en el cambio de música con una mezcla de trucos de hardware y software.

Las Apple Vision Pro efectivamente cumplen también esta condición. Marcas como Oculus, Apple, HTC o incluso Sony llevan años trabajando la categoría… aunque no se puede decir que ninguno esté vendiendo mucho (y mi opinión sobre la realidad virtual/aumentada/mixta no ha cambiado mucho).

La segunda condición es que los productos de Apple ofrezcan la mejor tecnología disponible, en muchos casos, específicamente diseñados para sus productos. En el pasado, lo vimos con el Gorilla Glass, baterías de ultimísima generación o pantallas Retina… Esto se cumple a rajatabla en las Apple Vision Pro. Estas gafas incorporan la última y más avanzada tecnología en cada uno de los componentes disponible. Aquí hay un buen resumen de las características técnicas.

Por supuesto, estas tecnologías exclusivas siempre vienen con un precio mayor. No sólo porque al no haber economías de escala son sustancialmente más caras que lo siguiente disponible, Apple también añade su margen premium. En el caso de las Apple Vision Pro, su precio es 3 veces superior a la mejor oferta de la competencia.

La tercera condición es el que Apple siempre es capaz de que todos los usuarios sean capaz de hacer un uso avanzado de los dispositivos. Hacen fácil lo difícil. Esto que a priori es algo positivo, es algo muy frustrante para usuarios como su humilde servidor. Para los que nos gusta trastear con los dispositivos, ser capaces de personalizar, cambiar, instalar o hacer lo que queramos con nuestros dispositivos, Apple es un verdadero dolor en el culo.

Hace poco leía este hilo en twitter que explica muy bien cómo nos sentimos muchos frente a los dispositivos de Apple. Uno parece que nunca es realmente propietario de los dispositivos Apple que ha pagado.

Esto vuelve a ser cierto en el caso de las Apple Vision Pro. No las he utilizado, pero sí que he utilizado otras gafas, y sinceramente no parecía muy complicado conseguir mejorar lo existente. La gente que sí que las ha probado dice que Apple lo ha vuelto a conseguir, la experiencia de uso es muy sencilla e intuitiva.

Y llegamos a la cuarta. Apple ha conseguido que su marca trascienda el mundo de la tecnología y sea una marca de consumo, casi de moda. Sus productos son para fardar, incluso posturear. Esto significa que puedes llevarlos encima, y a ser posible, muy visibles. Imposible explicar el éxito de productos significamente más caros que productos equivalentes sin este efecto. Quizá el ejemplo más claro sea el de los Airpods.

De hecho, no es casualidad que uno de los productos más irrelevantes de las últimas décadas para Apple haya sido Apple TV (el dispositivo, no el servicio de streaming). Uno no se puede llevar el Apple TV colgado del cuello, mientras que los Airpods, Iphones e incluso sus portátiles, son algo siempre muy visible. Eso pasará con las Vision Pro, nadie saldrá a la calle con ellas, sus usuarios sólo podrán posturear en redes sociales para dejar saber a todo el mundo que tienen unas.

Y cuando esa parte del valor de marca no existe, el del postureo, ¿realmente habrá tanta gente dispuesta a pagar el premium frente a otras ofertas? Ofertas que efectivamente no serán tan avanzadas técnicamente, pero que son dramáticamente más baratas. ¿Compraría alguien una lavadora marca Ferrari si costara 3 veces más que una Bosh por mi espectacular que esta fuera?

Yo tengo clara la respuesta. Y esto es lo que me lleva a afirmar que las Apple Vision Pro son un producto técnicamente espectacular, que definirá la dirección que tomarán el diseño de futuros productos en la categoría, pero que no representarán nada significativo comercialmente. Es más, creo que tampoco salvará la categoría de la XR en el mundo del consumo.

@resbla

 

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Caso: Proyectos Tecnológicos Avanzados, ¿PYME o startup?

Si hay algo bueno que va a salir de estos años de pandemia es la posibilidad de hacer cursos, asistir a conferencias, aprender de gente o instituciones que de otra forma sería físicamente imposible.

La cantidad y calidad de formación en remoto (también la mala obviamente) ha crecido exponencialmente durante esta época. Y eso a mí me viene muy bien. Desde hace unos años, intento hacer todos los años algún curso que me interese, y en este 2022 ya lo he conseguido. Hace unas semanas participé en un seminario de Harvard Business Publishing sobre cómo enseñar con casos, un tema que siempre me ha interesado mucho.

Probablemente ese interés venga por mi convencimiento de que los juegos son una herramienta muy potente para aprender. Cómo alguien que pasó muchas horas jugando a juegos de rol, siempre he visto los casos cómo una especie de partida de D&Ds en el que el profesor es un dungeon master.

Y está claro que los casos no son la panacea, pero incluso con sus limitaciones, son una herramienta muy interesante para poner a los estudiantes en situación para entender mejor algunos conceptos de negocio que de otra forma se quedan en algo muy abstracto.

Pero hay dos problemas bastante importantes con los casos. El primero, no hay muchos disponibles para utilizar de forma abierta. Son bastante caros, de hecho, Harvard Business Publishing hace mucho dinero con ello.

Pero es que además, la gran mayoría de ellos están centrados en EEUU, y aunque lo que se puede aprender de ellos sigue siendo válido en cualquier sitio, es mucho más difícil ponerse en contexto, y por lo tanto, la experiencia siempre es peor si se trabaja en un caso en el que el entorno no te es familiar. Uno de los casos más famosos es el de Nantucket Nectars, si has hecho casos de estudio en escuelas de negocio, es difícil que no hayas pasado por él. Pues bien, si no sabes qué es Nantucket, o no has visto sus bebidas en tu vida, es difícil ponerse en situación.

Cierto es que hay algunas universidades que ponen de forma abierta algunos casos de su biblioteca (open access cases), pero son pocos y olvídate de nada que sea actual o local.

Así que voy a utilizar la excusa de haber hecho este seminario para empezar a escribir casos y compartirlos aquí de forma abierta bajo licencia Creative Commons.

Voy a escribir casos que yo pueda utilizar luego en mis clases, así que van a estar centrados sobre todo en temas de ventas, modelos de negocio y emprendimiento. A priori, serán casos «sintéticos», es decir, no contarán el caso de una startup en concreta sino que serán situaciones observadas en diferentes empresas y adaptadas a la narrativa del caso. Salvo que se diga lo contrario, cualquier coincidencia con la realidad es totalmente fortuita. Y por supuesto, más que feliz de co-escribir casos 🙂

El primer caso que os presento es el de una empresa imaginaria llamada Proyectos Tecnológicos Avanzados (PTA). En este caso, sus dos fundadores se enfrentan al dilema de mantener el curso de una PYME de éxito, o de apostar por convertirla en una startup de crecimiento. Este dilema es muy habitual en muchas empresas que nacen cómo consultoras tecnológicas o ingenierías, y de repente se encuentran con algo que puede «productizar» y que podría ser un «pelotazo». Es algo que he visto de primera mano muchísimas veces.

Pero el caso está escrito para que se puedan abordar diferentes temas. Resolución de conflictos, gobernanza de una startup, modelos de negocio, falsos dilemas estratégicos, sexismo… Ya he podido probarlo con «fuego real» en una clase, y tengo que decir que estoy MUY contento de las conversaciones que se generaron.

Cómo os decía, comparto el caso bajo licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0). Esto significa que podéis utilizarlo libremente siempre que no se altere, se reconozca la autoría y no se utilice con fines comerciales.

Aquí dejo la versión para el alumno. Estoy trabajando en una versión con notas para el profesor que ayude a encarar el caso y con ejemplos de preguntas que iré enriqueciendo en función de mi propia experiencia utilizando el caso (y con cualquier feedback que me hagáis llegar).

Si estás interesado en la copia del profesor, mándame un mensaje a través del formulario de contacto explicando quién eres (institución, etc) y para qué lo vas a utilizar.

Espero que os sea útil. Y de verdad, cualquier experiencia que podáis compartir sobre su uso, será muy útil para seguir enriqueciendo el caso.

Proyectos Tecnológicos Avanzados - alumno

@resbla

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innovación

Los micropagos llegan a los coches

Cualquiera que siga mínimamente este blog, sabe que aquí somos muy fans de la innovación en los modelos de negocio. De hecho, parece claro que es la innovación que más rentable. Ya hemos hablado varias veces de cómo los autores de los 10 Types of Innovation encontraron datos que así lo corroboran.

Así que cuando leemos noticias sobre empresas que se lanzan a innovar en este sentido, y más, cuando lo hacen desde una posición consolidada dentro de un modelo de negocio tradicional para su sector, nos llama mucho la atención.

Esto ha anunciado BMW hace pocos días, y de esto hablamos en este technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2020/07/micropagos.mp3?_=2

 

El sector del automóvil no puede decirse que haya innovado mucho en cuanto a su modelo de negocio. Más allá de tipos de financiación que en algunos casos se acercan al pago por uso, y sus incursiones en los modelos de car sharing, no se puede hablar de mucho más. Y eso parece poco para una industria que tiene más de 100 años.

Es curioso también que Mercedes anunciara también hace pocos días que abandonaba su servicio de suscripción. Con este servicio, el usuario pagaba una mensualidad y tenía acceso a una flota de coches que podía ir reservando según sus necesidades. Sin embargo, el hueco que queda para este tipo de servicios entre el alquiler diario y un renting parece que es demasiado pequeño. Hay otras marcas que siguen intentándolo, pero no parece que tenga mucho más recorrido.

Por eso es interesante que BMW (que también está probando con la suscripción) anunciara la semana pasada que va a empezar a implementar los micropagos en sus coches.

El mejor ejemplo de los modelos de negocio basados en micropagos se puede ver en los videojuegos, principalmente en los juegos que son gratis, pero que incluyen estos micropagos para ir accediendo a mejoras o personalizaciones.

Si el mercado de los videojuegos fue de más de 100000 millones de dólares el año pasado, el 80% de esos ingresos vinieron de juegos gratis. De hecho, un juego gratuito, Fortnite, fue el que más facturó con 1800 millones de dólares. Y este año, hay un nuevo líder, pero también gratuito, PUBG.

A pesar de que hace una década algunos pensaban que los micropagos no tenían futuro, ahora es sin duda uno de los modelos de negocio de más éxito. Sin embargo, es importante ver que dónde está funcionando es en entornos dónde hay un «gancho» gratuito (lo estamos viendo también en la prensa digital), para luego pasar a una especie de servicio a la carta donde el usuario elige lo que quiere con pagos individuales. Volveremos sobre esto.

Cuando Andreessen dijo que el software se iba a comer al mundo, se refería también a los coches. En la actualidad, aunque lo más obvio sea la parte de información y entretenimiento, el software es omnipresente, y es lo más importante en los coches. Prácticamente toda la mecánica está ya gestionada por software, y si no que se lo digan a Volkswagen.

En una rueda de prensa la semana pasada, BMW anunció entre otras cosas su visión para el coche conectado, y muy en concreto, la parte de personalización digital bajo demanda. Sin entrar en muchos detalles, BMW dice que empezará a ofertar servicios que se podrán comprar desde el coche y que aumentarán las características del coche después de salir del concesionario sobre todo alrededor del confort y de sistemas de asistencia a la conducción. BMW también habla de cómo esto puede ayudar en el mercado de segunda mano ya que el nuevo propietario del coche podría añadir funcionalidades que no se pusieron de origen.

Parece que en la rueda de prensa se pusieron como ejemplos la opción de asientos calefactables. De esta manera, podrías pagar sólo por ellos durante los meses de más frío. No sería tampoco descabellado el pensar que se pudiera pagar por un nuevo mapa de potencia para el motor para un día que te sientas más deportivo, o cuando quieras ser más ecológico.

Todo esto implicaría que toda la mecánica (ie: hardware) estaría ya ahí, y que se habilitaría o deshabilitaría por software. Esto por un lado tiene la ventaja para el fabricante de que con un sólo modelo de coche (ie: plataforma), tendría en realidad casi un número infinito de opciones para sus clientes. Además, la estandarización traería cierto ahorro de costes, aunque por otro lado, habría mucho hardware que podría no utilizarse nunca y por lo tanto, superfluo.

En realidad, los fabricantes de coches llevan haciendo esto hasta cierto punto desde hace tiempo. Por ejemplo, montando los mismos motores pero cambiando sus rendimientos por software para generar una segmentación de precios y potencia. Esto lo saben bien los fans del chipeo.

Sin embargo, y a pesar de que creo que veremos este modelo de negocio antes o después imponiéndose en los coches, creo que BMW no tendrá mucho éxito (y no quiero quedar retratado como el autor del artículo sobre el mal futuro de los micropagos).

Por un lado, estos coches cargados con todos los extras van a ser un chollo para hackers que sean capaces de activar todos esos extras gratis. Mientras que en entornos 100% de software en la nube, ese hackeo es muy complicado de hacer. Por ejemplo, conseguir una gorra exclusiva para tu personaje de Fortnite sin pasar por caja. La historia nos dice que el hardware siempre hay alguien con tiempo y ganas para hackearlo, y si no, que les pregunten por ejemplo a los fabricantes de consolas o teléfonos móviles.

Pero por otro, y aunque hemos hablado mucho aquí sobre que no todas las disrupciones vienen de la innovación disruptiva de Christensen, en este caso, BMW debería hacerle caso (igual que Mercedes no lo hizo con sus suscripción).

Este tipo de innovaciones funcionan mejor ofertando a clientes sobreservidos opciones de menor coste. En principio los clientes de BMW están sin duda sobreservidos, pero lo hacen muy a gusto por los aspectos emocionales del job-to-be-done.

La propuesta de BMW es a esos clientes que ya están sobreservidos de entrada (con más coche del que necesitan desde un punto de vista funcional), es ofrecerles más servicios a la carta, con lo cual en realidad sólo nos centramos en aspectos funcionales y no emocionales, pero sin tocar de forma radical el precio.

Para que BMW siguiera la estrategia de Christensen, debería ofertar (a ser posible sin marca BMW) un modelo completamente mínimo pero funcional, incluso para ser más radical, con un uso mínimo gratuito, y permitir esos micropagos por las diferentes funcionalidades sobre la marcha.

Esto, por supuesto podría llevarnos a futuros casi distópicos en los que ante un día de lluvia, el fabricante nos ofreciera el ABS y el control de tracción con «precios dinámicos» cómo hace Uber los días de conciertos por la noche.

Estoy seguro que alguien en algún momento ofertará un coche (o medio de transporte) por poquísimo dinero que permita un uso muy básico pero que se pueda ir «enriqueciendo» en base a micropagos. Pero no será BMW.

@resbla

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