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PC 100% chino, la Guerra de la Liberación del PC

A pesar de que hace pocos días hemos sabido que las negociaciones entre EEUU y China estaban avanzando y se atisbaba una tregua en su Guerra Comercial, se ha sabido esta semana que el Partido Comunista chino ha ordenado que en tres años desaparezca toda tecnología extranjera de los PCs de todos los organismos públicos chinos. Una especie de Guerra de la Liberación del PC por conseguir un PC 100% chino.

Aunque son muchos, unos 20 millones de PCs, es una gota en el océano. Sin embargo, esto es reflejo de las enormes ambiciones de China en el mundo de la tecnología.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2019/12/china-pcs.mp3?_=1

 

Hace unos meses dijimos que si el plan Made in China 2025 tiene finalmente éxito, tendrán que agradecéselo a Donald Trump. China se ha fijado un plan estratégico muy agresivo para dejar de depender tecnológicamente de empresas extranjeras, y no sólo eso, sino que también pasar a liderar en las tecnologías más prometedoras del futuro.

Tampoco conviene olvidarnos del veto que Trump impuso a la venta de tecnología americana a Huawei. Aunque ha habido prórrogas y excepciones, la amenaza sigue ahí, así que esta reacción del gobierno chino parece en parte la respuesta proporcional que siempre se busca en estas ocasiones. Algo que demuestre firmeza, pero que a la vez no sea definitivo.

Decíamos que se estima que estamos hablando de unos 20 millones de PCs en tres años. Hace dos años el mercado chino era de 360 millones de PCs, así que no creo que empresas cómo HP, Dell o Apple vayan a perder mucho negocio, más teniendo en cuenta que el mercado chino está liderado por empresas locales desde hace tiempo. De hecho, Lenovo es la número uno a nivel mundial.

Sin embargo, lo importante de este anuncio, no es que se puedan sustituir esos 20 millones de PCs, lo importante es que China crea que puede sustituirlos. Desde el nacimiento de la industria del PC, aunque se ha generado un ecosistema bastante horizontal y abierto en el que en las últimas décadas han entrado con fuerza empresas chinas, no cabe duda de que la parte del león sigue siendo de empresas americanas, principalmente en Intel y Microsoft.

En todo caso, vamos a ver cómo de factible este plan del gobierno chino para un PC 100% chino mirando capa a capa lo que podría ser el stack de un PC típico que utilice en sus oficinas.

Y empezando desde «arriba», tendríamos las aplicaciones, tanto de gestión, cómo ofimáticas. Entre las primeras, generalizando, ERPs, es muy probable que ya sean en una gran mayoría desarrolladas por empresas locales. En todo caso, sustituir las que no lo fueran, quizá de gigantes como Oracle o SAP, no debería ser difícil.

En cuanto a la ofimática, China ya intentó hace más de 15 años eliminar Office y sustituirlo por soluciones locales. No lo consiguió, pero sin duda no costaría mucho hacerlo ahora con soluciones libres y locales cómo WPS Office.

La siguiente capa es una de las más complicadas de sustituir, el sistema operativo. Aquí tuvimos dos importantes intentonas hace años, Linex (en Extremadura) y Guadalinux (en Andalucía) que nacieron cuando hasta Gartner pensaba que el Linux en los PCs era una tendencia imparable.

Ya sabemos que aquello no ocurrió, pero para China en la actualidad sería posible. De hecho hay una versión local de Ubuntu (Kylin) certificada por el gobierno. Si Ubuntu, por ser propiedad de Canonical, una empresa británica, no fuera suficientemente china, también tendrían disponible una distribución de Linux desarrollada totalmente en China y basada en Debian, deepin.

Una vez solucionado el software, tendríamos que mirar a la parte hardware de nuestro PC 100% chino. Para empezar, el ensamblaje no sería nada complicado. Ya hemos hablado de que Lenovo es el número 1 a nivel mundial, pero hay una lista enorme de OEMs en China (aunque aquí hay algunos taiwaneses).

A nivel de periféricos, tampoco hay problema. Teclados, ratones, monitores se fabrican enteramente desde hace mucho en China. Lo mismo pasa con las placas que van dentro del PC. Nuestro PC 100% chino para el gobierno probablemente no necesite tarjeta gráfica dedicada, pero también se fabrican en China. En cuanto a las placas madre, aunque los principales son taiwaneses, no es un problema encontrarlas 100% chinas.

Y luego llegaríamos a la madre del cordero, la CPU. Aquí hay tres aspectos muy importantes, la arquitectura, el diseño y la fabricación.

Empezando por la fabricación, China tiene una buena lista de fábricas (fabs) de procesadores, aunque son en general de generaciones anteriores. Eso sí, a través de empresas como SMIC, se está cerrando la diferencia y ya en la actualidad son capaces de fabricar en 14nm. De hecho, se espera que pronto China sea el principal mercado de maquinaria para fabs.

En cuanto a diseño, China ha avanzado muchísimo en los últimos años. En procesadores de móviles, Huawei ha diseñado algunos de los procesadores más avanzados del mundo (kirin) a través de su subsidiaria HiSilicon. Aunque relacionado con lo anterior, Huawei contrata la fabricación a la taiwanesa TSMC porque aún no pueden fabricarlos en China.

Pero más centrados en el mundo PC, Zhaoxin fabrica procesadores para equipos de sobremesa y portátiles. Lenovo ya los utiliza en productos orientados al mercado local, y hablan de un rendimiento similar a procesadores de Intel de hace 3 años, modesto, pero suficiente para nuestro PC 100% chino.

El problema con los Kirin y los Zhaoxin es que utilizan arquitecturas «extranjeras». ARM en el caso de los Kirin, y x86 en el de los Zhaoxin. Y si queremos seguir al pie de la letra los dictados del Partido Comunista Chino, esto no es suficientemente bueno.

Pero hay buenas noticias, RISC-V. Esta es una arquitectura libre (con un nacimiento interesante) que está cada vez generando más interés, y que por su naturaleza libre, aunque naciera en la Universidad capitalista de Berkeley, puede venir muy bien al objetivo de tener un PC 100% chino.

Por eso, ahora sorprende menos que hace unos meses Alibaba anunciara el procesador RISC-V más potente del mundo, el Xuantie 910. Sin embargo, no es un procesador pensado para un PC, así que no nos valdría tal cual. Sin embargo, tenemos otra alternativa, el Freedom U540 de SiFive. Tendría una pequeña pega, que es que la compañía fue fundada en California, pero tiene sede en China y muchos chinos en el equipo.

Recientemente, utilizando HiFive Unleashed, una placa con el procesador y los controladores necesarios integrados, se montó un PC funcional.

Cómo hemos visto, el plan del gobierno chino tiene ciertas complicaciones, pero parece que estamos en un momento en el que puede ser factible. En todo caso, más allá de la anécdota de si puede ser 100% o 99% chino, sus implicaciones no son a corto plazo. Que empresas americanas dejen de vender 20 millones de PCs no tendrá un gran impacto a corto plazo, sin embargo, esto podría ser un punto de inflexión para la industria.

Si el gobierno chino tiene éxito y es constante, esto podría generar un nuevo ecosistema chino que podría ir en paralelo al «occidental». Esto sería sin duda una ruptura del modelo actual que nos ha traído la transformación digital del mundo en el que vivimos. Un modelo basado en economías de escala, y los estándares y interoperabilidad necesarios para que una industria horizontal funcione.

No cabe duda de que la industria tal cómo está ahora gravita alrededor de EEUU, y precisamente EEUU ha sido el mayor beneficiado. Sin embargo, viendo cómo ha funcionado la industria y cómo todos nos hemos beneficiado de esos crecimientos exponenciales de la Ley de Moore, da un poco de vértigo la perspectiva de una industria fragmentada.

@resbla

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Un móvil de Microsoft con Android, ¿el fin del mundo?

Pues claramente el mundo no se ha acabado (al menos en el momento en el que escribo esto), pero sí, hace no tanto tiempo, si alguien me hubiera dicho que Microsoft iba a lanzar un teléfono móvil con Android y no con Windows, hubiera pensado que tomaba algo muy fuerte.

De esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2019/10/microsoft-android.mp3

Pues sí, aunque a alguno le podría parecer una broma del día de los inocentes, Microsoft anunció la semana pasada un teléfono móvil, plegable y con Android. Y aquí está, el Microsoft Surface Duo.

En realidad, todo parece una broma, empezando por lo del teléfono móvil. Hace ya más de cuatro años que Microsoft ya tiró la toalla con los móviles y «cerró» el negocio que había adquirido de Nokia. En realidad, quizá por eso, Microsoft no quiere llamarlo teléfono móvil.

Luego, el formato. Aquí ya nos hemos reído un poco de los móviles plegables, y la saga de Samsung con su Galaxy Fold ya dice bastante de este formato. Sin embargo, Microsoft ha querido jugar sobre seguro y se ha centrado en formatos más probados.

Bromas aparte, creo que la elección del formato es un acierto por parte de Microsoft. Más allá de la espectacularidad de las pantallas continuas plegables, Microsoft juega sobre seguro en cuanto a robustez en el diseño. Incluso cuando llegue el Gorilla Glass plegable, dos pantallas independientes que quedan protegidas al cerrarse siempre serán más robustas que cualquier otro diseño.

Además, aunque las pantallas continuas darán una obvia sensación de amplitud y tendrán opciones de UX muy interesantes, las dos pantallas independientes tendrán otras ventajas. Y es que, ¿quién no recuerda las razones que daba Steve Jobs en la presentación del iPhone?

Personalmente, creo que un dispositivo así en el que una de las pantallas se utiliza cómo teclado, pero también para otras cosas, me parece muy interesante. Algo que también llegará pronto a los portátiles.

Pero, un móvil que no es móvil, doble pantalla, plegable… ¿y con Android? La misma empresa a cuyo CEO se le atribuyen estas palabras (no las traducimos porque somos muy educados en este blog):

«Fucking Eric Schmidt is a fucking pussy. I’m going to fucking bury that guy, I have done it before, and I will do it again. I’m going to fucking kill Google.» – Steve Ballmer

Pues sí, y es que muchas cosas han cambiado desde que Satya Nadella es CEO de Microsoft.

Para empezar, ha multiplicado por más tres el valor de la compañía, y aunque ha estado peleando con Amazon y Apple por el título de la empresa del trillón de dólares (americanos claro), son los únicos que han aguantado por encima de ese valor y es la empresa por capitalización más grande del mundo.

Pero esto se ha conseguido porque Microsoft ha conseguido algo que muy pocas empresas consiguen, ser capaz de ir dejando tu producto estrella y generando nuevos negocios. Ese producto estrella es obviamente, Windows.

Actualmente, Windows es el tercer producto por ingresos para Microsoft, por detrás de Office y Azure (el negocio cloud).

Recuerdo hace ya muchos años, cómo un alto ejecutivo de Intel nos comentó en petit comité que Bill Gates había reconocido que ante el empuje de Linux en el PC, Microsoft estaría dispuesto a dar gratis Windows. Esto era cuando parecía que Linux se comería el mundo, y es de la época de otra de las grandes citas de Ballmer:

«Linux is not in the public domain. Linux is a cancer that attaches itself in an intellectual property sense to everything it touches. That’s the way that the license works

Microsoft nunca llegó a hacer eso, y aunque Ballmer no creo que nunca pensará algo parecido, el germen de que lo importante realmente era Office y de que Windows era sólo la forma de conseguir más clientes de Office, estaba ahí.

De hecho, Nadella dio rápidamente pasos en ese sentido. Creo que es exagerado decir que Microsoft es agnóstico en cuanto al sistema operativo, pero una de las primeras cosas que hizo Nadella cuando fue CEO fue lanzar Office para Android. También es cierto, que se podría decir que Microsoft también ha sido pragmático y consciente de la realidad, Android es a día de hoy el sistema operativo usado por más dispositivos.

Office ha ido cada vez migrando más a un modelo SaaS (Office 365) multiplataforma. En el último trimestre Microsoft anunció que tienen la friolera de 35 millones de suscriptores en la licencia de consumo.

Daría mucho la historia de Microsoft, y sobre todo estos últimos 5 años de Nadella, pero creo que es obvio que vamos hacia un Microsoft cada vez más agnóstico en cuanto al sistema operativo, y para algunos, esto es simplemente increíble.

Veremos en qué queda este Surface Duo. Además de que es un dispositivo muy de nicho, hay que tener en cuenta que Microsoft ha anunciado el dispositivo para las Navidades del año que viene. Muchas cosas pueden pasar de aquí a entonces, empezando sobre todo, por la tecnología de pantallas. Lo que ahora parece una decisión inteligente, puede ser algo obsoleto en cuestión de pocos meses.

En todo caso, un móvil, con dos pantallas, plegable y con Android. ¡Quién lo hubiera dicho!

@resbla

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Made in China 2025, xie xie Donald Trump

Hace justo cuatro años, el gobierno chino presentó el programa Made in China 2025 pensado para realizar una Revolución Industrial 4.0.

Llevamos unos días siguiendo con asombro las noticias alrededor de las sanciones a Huawei, la última refriega de la Guerra Comercial entre EEUU y China con el horizonte del control sobre el 5G. Es difícil pensar que pueda pasar con ellos lo que pasó con ZTE, pero sin duda, las sanciones son potencialmente devastadoras.

Sin embargo, pienso que dentro de unos años, cuando miremos para atrás a estos momentos de la parte final del alzamiento de China como superpotencia económica, será difícil no ver a Donald Trump cómo el que puso la clave de este tremendo plan.

De todo esto hablamos en este #technobits de Capital Radio con Luis Vicente Muñoz:

https://resbla.com/wp-content/uploads/2019/05/made-in-china.mp3

El programa Made in China 2025 se centra en 10 sectores principales con el objetivo de hacer avanzar la industria china de un sector centrado en la fabricación de bajo coste, a uno líder en el I+D+i centrado en el valor añadido. En definitiva, liderar la Industria 4.0.

Es cierto que la transición no ocurre únicamente en estos últimos 4 años, pero si miramos la situación actual en alguno de estos sectores, los avances son tremendos.

China es de lejos, el líder en fabricación e instalación de energía fotovoltaica.

China ha sido el primer país en mandar un vehículo la cara oculta de la Luna, el Yutu-2.

China, con unos estándares éticos diferentes a los de occidente, lleva tiempo probando terapias génicas (CRISPR) en pacientes humanos, lo que desembocó en el en el nacimiento Lulu y Nana.

Y qué decir del mundo IT. Lenovo, que compró prácticamente toda la parte de hardware de IBM, es ya el número 1 del mundo en venta de PCs.

En venta de móviles, Huwaei ya es segundo a nivel global, primero con mucha diferencia en China.

Y por supuesto, Huawei es sin duda también líder en 5G e infraestructura de red de telefonía.

Pero para dar contexto a todo lo que ha pasado la semana pasada con Huawei, no hay que olvidar que hay sospechas muy fundadas de que Huawei ha tenido, cómo mínimo, una moral un poco «distraída» en cuanto a la propiedad intelectual de sus competidores, y probablemente también, una posición de colaboración con los esfuerzos de espionaje del gobierno chino.

Hace unos días el WSJ publicaba un artículo muy interesante hablando sobre diferentes ocasiones en las que Huawei habría robado tecnología de empresas como Cisco, Motorola o T-Mobile.

A principios de año, el Departamento de Justicia de EEUU acusó a Huawei de tener un programa por el que pagaba a sus empleados por robar tecnología de clientes y aliados.

Y hace unos años, Huawei fue el principal sospechoso en un caso de ciberespionaje contra la Unión Africana.

Así que el contexto es complejo, y en el caso de Huawei, es difícil discernir dónde acaban los castigos por sus cuestionables prácticas, dónde empieza la batalla por la supremacía en el 5G, o cómo encaja todo dentro de la Guerra Comercial entre China y EEUU.

Pero volviendo al Made in China 2025 y Huawei, no es nada casual que los movimientos del gobierno americano se centrarán en Google, Qualcomm, Intel y ARM. En realidad, todo esto se centra en los dos (en realidad son tres, pero luego hablaremos de esto) únicos puntos débiles que aún tiene el plan (y Huawei), los procesadores y el sistema operativo.

Empezando por el OS, Huawei (y toda la industria china por extensión) depende enteramente en Windows (PCs) y Android (móviles). Con la prohibición a Microsoft de vender Windows a Huawei, ha literalmente matado su negocio de PCs a Huawei. Sin embargo, es un negocio incipiente y muy pequeño para ellos, así que es un daño colateral asumible para todos.

En cuanto a Android, el impacto potencial es enorme, sin embargo, es un impacto diferido en el tiempo. La prohibición sobre Google y su colaboración con Android, afecta a futuros desarrollos. Android es un sistema operativo basado en Linux (código abierto), y lo que ya ha desarrollado Huawei, ya es de Huawei, no hay vuelta atrás.

El problema viene de dos lados. Los futuros desarrollos para adaptarse a las nuevas versiones de Android que desarrolle Google, y por otro lado, las aplicaciones que sí que son propietarias de Google (Gmail, Maps… y por supuesto, Google Play).

En realidad, aunque es grave, el impacto es contenido. Por un lado, efectivamente la situación es desastrosa para Huawei en Europa. Google Play es es estándar en Europa, y aunque hay otras alternativas, no son aceptables para los consumidores que además esperan utilizar Gmail y demás.

Pero por otro lado, Google no existe en China. Huawei tiene su propia tienda de aplicaciones y sus apps equivalentes, así que a corto plazo, la pérdida de relación con Google no tienen ningún impacto para Huawei en China, su principal mercado.

No tener acceso a futuras versiones de Android es también desastroso, pero de nuevo, es un impacto diferido en el tiempo.

Luego tenemos los procesadores. Qualcomm, Intel y finalmente ARM, anunciaron también que dejan de trabajar con Huwaei.

Intel, significa PCs, de nuevo impacta el negocio pequeño de PCs de Huawei. En el caso de Qualcomm, Huawei utiliza un gran porcentaje de procesadores de Qualcomm para su gama media y baja. Sin embargo, para su gama alta, utiliza los procesadores Kirin, diseñados por ellos mismos. Así que tendrían una opción, ampliar el uso de los procesadores Kirin al resto de su gama de productos, algo que por otro lado, seguro que tenían ya en mente.

Pero entonces llega el anuncio de ARM, y podríamos decir que la situación es muy parecida a la de Android y Google. ARM licencia sus microarquitecturas a empresas cómo Qualcomm y Huawei que desarrollan sus procesadores sobre ellas. En ese desarrollo, ARM vende la licencia y servicios de soporte. Al dejar de trabajar con Huawei, ARM dejaría de trabajar para futuros desarrollos. Los actuales, y seguramente incluso la siguiente generación, ya están en manos de Huawei y eso no puede cambiarse, así que de nuevo, estamos hablando de un impacto diferido.

Tampoco hay que olvidar que todo el equipamiento de redes de Huawei se basa en procesadores ARM, así que estarían también impactados, aunque los ciclos de desarrollo en esos dispositivos es mucho más largo que en móviles, y por lo tanto, de nuevo un impacto diferido.

Así que este ataque a Huawei se ha centrado en dos de los tres puntos débiles de Huawei, el sistema operativo y los procesadores. Sin embargo, cómo hemos visto, aunque tienen impacto inmediato, el mayor impacto sería diferido, es decir, si el boicot se mantiene en el tiempo porque China y EEUU no llegaran a un acuerdo.

Decíamos que Huawei, y la industria de electrónica china en general, tenía tres puntos débiles. El tercero es la capacidad de fabricación de procesadores de última generación, y concretamente Huawei depende enteramente de esto en una empresa Taiwanesa, TSMC.

Si EEUU hubiera querido acabar del todo con Huawei, cómo hizo en el pasado con ZTE, hubiera maniobrado para que TSMC hubiera dejado de fabricar procesadores para Huwaei. Eso sí que habría sido el final de Huwaei. Pero no lo ha hecho y ha buscado esas otras medidas, muy drásticas, pero todas «diferidas en el tiempo» porque en realidad de lo que se trata es de forzar una negociación con China.

Dicho todo esto, y por si China (y Huawei) no lo tenía aún claro, todo esto ha puesto de relieve esos tres puntos débiles, y claro, en el marco del plan Made in China 2025, es difícil que esto no signifique que China acelere sus planes para dejar de depender de EEUU.

Por un lado, en cuanto al sistema operativo, esto era algo ya muy avanzado, pero se acelerará. Huawei acaba de registrar diferentes nombres que podrían ser los que finalmente utilicen. Será un sistema operativo basado en la parte libre de Android para facilitar que el ecosistema se adapte, pero independiente a Google.

En cuanto al diseño de las CPUs, China lleva tiempo trabajando en microarquitecturas propias aunque sin acuerdos con ARM, AMD o Intel, la cosa sería complicada, pero no imposible.

Y por último, su dependencia en empresas de fuera para la fabricación de CPUs de última generación, en el caso de Huwaei, TSMC. Recordad que es Taiwanesa, lo cual añade sal a la herida. Actualmente China tiene planes para construir 30 factorías para la fabricación de procesadores de 7 y 10 nanómetros, y SMIC está ya lista para los 14nm.

Así que China no estará preparada para la independencia tecnológica de EEUU al menos en unos cuantos años, lo cual es probable que le lleve a tragarse el sapo con Trump para también salvar Huawei, la joya de la corona.

Pero será una victoria pírrica para Trump. Lo único que va a conseguir es acelerar todos los esfuerzos de China para que esto no vuelva a ocurrir y dejará fuera a las empresas americanas de esa industria.

Y además, perdemos todos. El milagro de la revolución digital que hemos vivido en las últimas décadas ha ocurrido en gran parte por la existencia de un único ecosistema de facto. Cierto es que principalmente basado en estándares de empresas americanas, pero bastante abierto que ha permitido que los avances tecnológicos se diseminarán rápido con unas economías de escala enormes.

Romper ese ecosistema y partirlo en dos, nos hará perder a todos.

Y dicho esto, veremos cómo evoluciona esta batalla de esta Gran Guerra. China podría recular para salvar Huawei en una retirada táctica y parar la escalada, o las cosas podrían ir aún a peor.

¿Cómo? EEUU podría cortar el grifo de TSMC, o incluso ir a por la otra joya de la corona china, Lenovo.

En todo caso, Donald Trump se merecerá una estatua en la Plaza de Tiananmen cómo aquel que remató el Made in China 2025.

@resbla

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